¡MORENA SE HUNDE! ¡Andy Junior llora por sus apodos mientras el barco se llena de agua!
Por: Jorge Tolentino García.
A poco que no, ¿vieron el despapaye en Morena? Después de las chingas en Durango y Veracruz, el mismísimo Andy Junior (porque sí, así le dicen aunque él quiera que lo llamen Andrés Manuel López Beltrán, ¡qué original!), anda de llorón porque le dicen «Andy». ¡Qué sensibilidad la del secretario de organización! Mejor que se preocupe por levantar el ánimo de su partido, que anda más hundido que un submarino ruso. Dice que su mayor orgullo es llevar el mismo nombre que el mejor presidente… ¡ah, caray! ¿Será que se refiere al mejor presidente… según él? Porque según la mayoría… ¡ni de broma!
El buen Gerardo Fernández Noroña, que siempre anda buscando protagonismo, ya le puso el grito en el cielo al asunto. Dice que es un «DESCALABRO», ¡qué palabra tan elegante para un desastre tan monumental! Y como siempre, acusa a la dirigencia de no hacerle caso. ¡Pobrecito Noroña! Parece que nadie lo quiere escuchar, a menos que sea para que les aviente sus clásicos discursos de tres horas.
Y ni qué decir de las redes sociales. ¡Se armó la gritería! La gente pide la renuncia de la dirigencia con el hashtag #SiNoPuedenRenuncien, y con toda la razón. Parece que hasta los priístas arrepentidos andan mejor organizados que Morena. ¡Qué chiste! Invitaron a los «refuerzos» y terminaron hundiendo el barco. ¡Qué ironía!
Pero lo mejor de todo es que ahora resulta que la culpa de todo la tienen los que les dicen «Andy» a Andy Junior. ¡Qué descaro! En lugar de asumir su responsabilidad en las derrotas, buscan un chivo expiatorio. ¡Qué tal cinismo! Deberían de dedicarse a gobernar, en lugar de andar peleándose por los puestos y los apodos.
Y para colmo, se rumorea que Luisa Alcalde, la otra gran figura de Morena, también está en la mira. Dicen que andan afiliando a priístas con antecedentes… ¿cómo decirlo con delicadeza?… mmm… «peculiares». ¡Qué manera de fortalecer el partido! Parece que la estrategia es «a más corruptos, más votos». ¡Qué gran estrategia!… ¡no! ¡Qué gran fracaso!
Así que ya ven, amigos. Morena está en un verdadero atolladero. Mientras tanto, nosotros, los espectadores, nos divertimos con el show. ¡Qué tiempos aquellos en que la política era más emocionante!… aunque también más aburrida. ¡Al menos ahora hay drama!
