Muy comentado en pasillos del poder político de la capital las imágenes del alcalde de Cosoleacaque, Ponciano Vázquez, con el agua al tope de la cintura ayudando a transportar motocicletas, artículos y enseres domésticos que con tanto esfuerzo adquieren familias de escasos recursos económicos y que en cuestión de segundos la corriente amenaza arrebatárselos.
Las gráficas corresponden al recorrido la tarde del miércoles que llevó apoyos a damnificados y conoció daños en localidades del municipio afectadas por las lluvias del frente frío número 13.
Caminar en medio de tempestades climatológicas o moverse en el agua para trasladar ayuda humanitaria hasta las zonas más apartadas del municipio, es convicción personal de Ponciano aún sin tener cargo edilicio, lo es también de su hermano, lo fue de su padre.
La reacción inmediata de ayudar sin mediar peligros en momentos de aguaceros y tormentas eléctricas, no lo hace cualquiera, mucho menos la primera autoridad de un municipio. “Para eso están los empleados”, argumentan.
Contados son aquellos servidores públicos que “salen del confort del aire acondicionado” para caminar a ras de piso en comunidades de la gente humilde que, años atrás confiando otra vez en ellos, les dio el sufragio popular.
Acciones de servir, de ayudar, de solidarizarse con el dolor y la desesperación de quienes ven perder en instantes lo poco o el todo que tienen, como las que nuevamente mostró el presidente Municipal de Cosoleacaque, se traen en la sangre, se maman, son los genes.
ÚLTIMO AÑO DE MANDATO… Y Cuitláhuac no se baja de las nubes. Sueña que la Virgen le habla por tantos halagos engañosos del presidente.
Le hace creer que “es el mejor gobernador de la historia de Veracruz”, pero esa distinción está de lejos como de la tierra a la luna.
Le dice que “es honesto”, cuando existen evidencias que protege con el manto de la complicidad a funcionarios de su gobierno que, suponen, están saqueando las arcas del estado usando empresas fantasmas, según revelaciones del diputado Marlon Ramírez.
EN SU “MAÑANERA” DEL JUEVES…Llamó la atención del reportero el índice delictivo expuesto por Cuitláhuac, donde alardeó dotes de “pitoniso” al acertar, dice, que finalizaría 2023 con mil homicidios menos que en 2022.
Le complace al mandatario estatal que en siete días (del martes 28 de noviembre al 4 de diciembre) Veracruz acumuló sólo 18 homicidios, a menos de 3 diarios”.
Echó en cara a sus críticos opositores que entidades gobernadas por PRI, PAN y MC superan a Veracruz en número de asesinatos, para desviar la atención pública sobre la incapacidad de su gobierno para cumplir con la obligación constitucional de otorgar seguridad pública a los 8 millones de habitantes veracruzanos.
¿Acaso importa a los veracruzanos cuántos crímenes ocurran en otros estados?
Claro que no.
Veracruz quiere en sus calles paz y tranquilidad. La gente desea vivir sin miedo ni terror.
Hasta la próxima.
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