Estando a la espera de un familiar ayer domingo en la terminal de autobuses de segunda clase de la ciudad de Veracruz, llamó mi atención la plática que sostenían un hombre y tres mujeres, todos mayores de edad.
Sentados junto a este reportero en las bancas de la central camionera, escuché que dos de las damas aguardaban el anuncio de salida de su autobús que las llevaría de retorno al municipio de Acayucan.
Las dos féminas que viajarían manifestaban molestia porque la semana que estuvieron de visita en casa de familiares de aquí del puerto de Veracruz sufrieron por la falta de agua ante la ola de calor que rebasa los 40 grados.
“Hay manita vives en el bello Veracruz, pero realmente vives en el infierno porque no tienes agua ni para bañarte”, reclamó una.
“Pues sí, pero no es de siempre”, se defendió la mujer que presumo es dueña de la casa que dio alojamiento a las visitantes.
“A nosotros en Acayucan también se nos va el agua pero no tantos días como aquí a ustedes, de verdad que están jodidos”, exclamó la otra inconforme.
Y soltó:
“Gracias a Dios nosotras en Acayucan tenemos al ingeniero Marcos nuestro “Ángel de la Guarda” que ya está buscando que Acayucan no sufra de escasez de agua, es una bendición tenerlo, es muy buena persona que le gusta ayudar a toda la gente jodida que ninguna autoridad quiere ayudar, por eso todo Acayucan lo quiere muchísimo”.
Llegó la persona que yo esperaba y salimos de la terminal.
SEGURO ESTOY…el ingeniero Marcos, mencionado en la plática de las tres mujeres es mi amigo Marco Martínez Amador, ex alcalde de Acayucan y actual diputado local.
No conozco otro ingeniero Marcos apasionado desde hace 32 años en ayudar a los más humildes y necesitados y últimamente entregado en lograr que a las familias de su tierra Acayucan y de municipios conurbados nunca más les falte el vital líquido.
Asegurar de por vida el suministro de agua potable para Acayucan y su región es uno de tres compromisos que Marco busca hacer realidad en sus 3 años como representante popular del distrito XXVII. Un SEMEFO y un CRIVER, son los otros dos y está cumpliendo.
Marco está convertido en un animal político incansable odiado por farsantes y corruptos, pero aclamado por las mayorías. El testimonio de las mujeres en la terminal de autobuses de Veracruz habla del cariño y reconocimiento de la gente a su persona.
No cualquiera es querido en su pueblo y mucho menos se empeña en hacer el bien. Promotora MARTZA está con los deportistas, estudiantes, maestros, amas de casa, colonos, boleros, vendedores, campesinos, comerciantes, empresarios.
A enfermos que sin costo alguno reciben medicamentos, sillas de ruedas y cualquier otro tipo de beneficios que necesiten, logra sacarles sonrisas de fe y esperanza de un mejor mañana.
Son tiempos políticos en Veracruz donde la vida cotidiana de la gente honesta y trabajadora es azotada todos los días con propaganda barata y falsas promesas de campaña que nunca serán cumplidas.
Alejado del bullicio electorero, Marco Martínez Amador está en lo suyo. Su trabajo legislativo, la actividad altruista de Promotora MARTZA y el puntual seguimiento al asunto del agua, van de la mano.