La Política es Así

¡Ya se cocina su salida!
El arte que domina a la perfección Esteban Ramírez Zepeta.

Por: Juan Carlos Trejo Rodriguez.

¡Ay, Veracruz, Veracruz! Tierra de playas paradisíacas, de jarochos alegres… y de políticos que parecen haber tomado un curso intensivo en «Cómo perder elecciones con estilo». La reciente debacle electoral de Morena en el estado nos deja una escena digna de una telenovela, repleta de traiciones, imposiciones y, por supuesto, un protagonista indiscutible: Esteban Ramírez Zepeta, el líder morenista que, según dicen, confundió la tesorería del partido con su cuenta personal.

Se dice que las candidaturas se vendieron como churros en una tarde calurosa, que la imposición de candidatos fue un arte que Ramírez Zepeta dominó a la perfección. El pueblo, ¡oh, sabio pueblo!, vio la farsa y decidió cobrar factura en las urnas. Un aplauso para la inteligencia popular, que demostró que no se deja engañar tan fácilmente (al menos, no siempre).

Pero en este drama político, no hay un solo villano. La gobernadora Rocío Nahle García, esa figura tan imponente, también metió sus manos en la masa. Al parecer, su talento para la política se limita a imponer candidatos, no a ganar elecciones. El resultado: Veracruz convertido en un gigantesco rompecabezas político, donde las piezas no encajan y nadie parece saber cómo armarlo.

Y para colmo de males, tenemos a José Manuel Pozos Castro, el subsecretario de Gobierno, un personaje que parece más un buitre que un político. Mientras Nahle intenta ocultar la derrota, Pozos Castro se dedica a “zopilotear” a Ramírez Zepeta, como si esperara impacientemente a que el líder caiga para ocupar su lugar. ¡La ambición, qué terrible motor de la política!

Pero no todo está perdido. Una petición online exige la renuncia de Ramírez Zepeta, una iniciativa que, según los rumores, se cocina en la propia oficina de Pozos Castro. ¿Será una muestra de honestidad política o una estrategia maquiavélica para eliminar a un rival incómodo? Solo el tiempo lo dirá.

Mientras tanto, el pueblo veracruzano se pregunta: ¿Cuándo aprenderemos a elegir líderes con un poco más de… ¿decencia? ¿O seguiremos deleitándonos con estas comedias políticas que, aunque irónicas, son profundamente trágicas? ¡El futuro de Veracruz pende de un hilo, y la culpa no es solo de Ramírez Zepeta ni de Nahle! Es la responsabilidad de todos los que han permitido que la política se convierta en un circo de payasos y ambiciosos. ¡Que alguien traiga las palomitas! Este espectáculo promete.