*De la Grisura como diputada federal al «Rescate».
*El papel de Claudia Sheinbaum: exigirles a Mario y a Tania resultados.
Por: Jeremías Trejo González.
La designación de Tania Cruz Santos como directora general de Incentivos y Apoyos a los Profesores dentro de la Secretaría de Educación Pública (SEP) es un nuevo capítulo en la historia de la mediocridad política en México. Es un claro ejemplo de cómo la lealtad y el amiguismo pueden prevalecer sobre la capacidad y el compromiso con el bien común.
Recordemos que Cruz Santos, exdiputada federal por Coatzacoalcos, tuvo la oportunidad de brillar en el Congreso. Su profesión como maestra, su experiencia en el ámbito educativo, la colocaban en una posición privilegiada para impulsar cambios significativos en el sistema educativo de Veracruz, un estado que sufre un rezago preocupante en todos los niveles.
Sin embargo, su paso por la Cámara de Diputados fue un tanto gris, sin ningún avance significativo para la educación de su estado. No logró impulsar una sola propuesta de ley que atendiera la problemática educativa de Veracruz. Su trabajo, incipiente y sin resultados tangibles, no logró incidir en la realidad educativa de la entidad.
Ahora, la designación de Cruz Santos como directora general de Incentivos y Apoyos a los Profesores dentro de la SEP levanta serias dudas. ¿Es esta una recompensa por la inacción? ¿Se premia la mediocridad con un cargo de alto nivel en el gobierno federal? ¿Qué resultados podemos esperar de una funcionaria que no ha demostrado capacidad para generar cambios positivos en el ámbito educativo?
La designación de Cruz Santos es un claro ejemplo de la falta de exigencia en la política mexicana. Parece que se premia la lealtad por encima del desempeño, la obediencia por encima de la capacidad. Este tipo de prácticas solo contribuyen a la ineficiencia y al estancamiento del país.
Mario Delgado, titular de la SEP, parece estar más interesado en recompensar a sus aliados que en construir un sistema educativo de calidad. Su decisión de nombrar a Cruz Santos como directora general de Incentivos y Apoyos a los Profesores es un golpe a la meritocracia y una señal de que la SEP está más preocupada por el amiguismo que por el futuro de la educación en México.
¿Y qué pasa con Claudia Sheinbaum? La presidenta de México, quien ha prometido un gobierno de resultados, un gobierno transparente, un gobierno que priorice la meritocracia, ¿cómo se alinea esta designación con su discurso? ¿Acaso no le preocupa que la designación de Cruz Santos sea un retroceso en la lucha contra la corrupción y la ineficiencia? ¿Cómo justificará esta decisión ante la población?
La designación de Cruz Santos es un llamado a la acción. Es hora de que la política mexicana se caracterice por la exigencia de resultados, por la transparencia y por la meritocracia. Es hora de que se deje de premiar la mediocridad y se comience a valorar el trabajo, la capacidad y el compromiso de los funcionarios públicos.
El futuro de México depende de la calidad de sus funcionarios. Es hora de que se exija un trabajo real, un trabajo honesto, un trabajo que beneficie a todos los mexicanos.
¿Qué resultados podemos esperar de la dirección de Cruz Santos en la SEP? ¿Será capaz de impulsar cambios positivos en el sistema de incentivos para los profesores? ¿O será otro capítulo de la grisura y la ineficiencia en la educación mexicana? Solo el tiempo lo dirá. Pero una cosa es clara: la designación de Cruz Santos es una señal preocupante sobre el rumbo que está tomando la política educativa en México.
Y mientras tanto, la educación en Veracruz sigue en el rezago, esperando que algún día se le preste la atención que merece. ¿Qué hará Claudia Sheinbaum al respecto? ¿Se sumará a la ola de la mediocridad o exigirá resultados a sus funcionarios? La respuesta a esta pregunta será crucial para el futuro de la educación en México.