Veracruz: ¿Un nuevo gobierno, la misma corrupción?
Por: Jeremías Trejo González.
La llegada de Rocío Nahle García a la gubernatura de Veracruz despertó esperanzas de un cambio real en el estado, un cambio que erradicara la corrupción que ha plagado a Veracruz durante décadas. Sin embargo, la designación de Ramón Santos Navarro como Contralor General del gobierno ha generado una ola de preocupación y desconfianza.
Santos Navarro, en lugar de impulsar una lucha frontal contra la corrupción, parece estar reinventando la impunidad. Su decisión de nombrar a Cindy Astrid Ulloa Hernández, una ex funcionaria del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares con un historial de corrupción, como Coordinadora de Asesores de la Contraloría, es una bofetada a la lucha contra la corrupción que la gobernadora Nahle ha prometido.
Ulloa Hernández, quien se desempeñó como jefa del Registro Público de la Propiedad y del Comercio en Coatzacoalcos, fue destituida de su cargo por supuestos actos de corrupción. Presuntamente se le acusó de falsificación de documentos, venta de áreas verdes, cambio de nombres a propietarios de terrenos, y una serie de irregularidades en el gobierno de Yunes Linares.
La designación de Ulloa Hernández como Coordinadora de Asesores en la Contraloría es una clara muestra de la falta de compromiso de Santos Navarro con la lucha contra la corrupción. Su decisión, que parece un guiño a los grupos de poder que han controlado Veracruz durante años, es un golpe a la credibilidad de la gobernadora Nahle y a las esperanzas de cambio que se habían depositado en su gobierno.
La presencia de Ulloa Hernández en la Contraloría, un espacio que debería ser un baluarte de la transparencia y la honestidad, es una burla a la lucha contra la corrupción que Nahle ha prometido. Es un acto que genera desconfianza y que demuestra que la corrupción, en lugar de ser combatida, se está fortaleciendo en el gobierno de Veracruz.
La gobernadora Nahle tiene la obligación de actuar con firmeza para acabar con la impunidad que ha reinado durante años. Es fundamental que se ordene una investigación exhaustiva para determinar la responsabilidad de cada uno de los involucrados en esta trama de corrupción. Es preciso que se destituya a los funcionarios corruptos, que se les retire la protección que han gozado durante tanto tiempo y que se les haga rendir cuentas por sus actos.
Veracruz necesita un cambio real, un cambio que se traduzca en un futuro mejor para todos. La responsabilidad de este cambio está en manos de la gobernadora Nahle. Es fundamental que actúe con determinación y que no permita que la corrupción y la impunidad sigan imperando en el estado. Es necesario que se demuestre que Veracruz puede ser un estado donde la justicia prevalezca y donde la honestidad sea la norma.