El legado turbio de Amado Cruz: Un llamado a la rendición de cuentas en Coatzacoalcos.
Por: Jeremías Trejo González.
La reciente aparición pública del alcalde Amado Cruz Malpica junto a Eusebia Cortés Pérez, en un desayuno en el Hotel Terranova, ha desatado una ola de especulaciones sobre sus alianzas políticas y, más importante aún, ha vuelto a poner el foco en la necesidad urgente de una rendición de cuentas por su gestión municipal. La imagen de Cruz Malpica “pegado” a Cortés Pérez, como se ha descrito, no es simplemente una cuestión de estrategia electoral; es un reflejo de un patrón de comportamiento que ha caracterizado su administración: la opacidad, el favoritismo y la presunta corrupción.
Si bien la alianza con Cortés Pérez podría beneficiarlo políticamente en el corto plazo, representa un riesgo considerable. La posibilidad de que Pedro Miguel Rosaldo García sea el candidato de MORENA a la presidencia municipal plantea un escenario complejo para Cruz Malpica. Su apoyo explícito a Cortés Pérez, en detrimento de un posible candidato con mayor cercanía a la gobernadora Rocío Nahle, podría dejarlo políticamente vulnerable y sin la protección que, se presume, ha disfrutado hasta ahora.
Pero más allá de las alianzas políticas, el verdadero legado de Amado Cruz Malpica en Coatzacoalcos es una serie de presuntas anomalías y actos de corrupción que exigen una investigación exhaustiva y, de comprobarse, un juicio ejemplar. Su administración ha estado marcada por la falta de transparencia en la gestión de recursos públicos, la opacidad en la toma de decisiones y la ausencia de rendición de cuentas ante la ciudadanía. Se han denunciado múltiples casos de favoritismo en la adjudicación de contratos, obras públicas mal ejecutadas y un despilfarro de recursos que contrasta con las necesidades reales de la población.
La ciudadanía de Coatzacoalcos merece un gobierno honesto y transparente. El próximo presidente municipal, independientemente de su partido político, tiene la obligación moral y legal de investigar a fondo las presuntas irregularidades cometidas durante la administración de Amado Cruz Malpica. No se trata de una cuestión de venganza política, sino de justicia. Es imperativo que se investigue el destino de los recursos públicos, se auditen las obras realizadas y se sancione a los responsables de cualquier acto de corrupción. El silencio ante estas presuntas anomalías sería una traición a la confianza depositada por los ciudadanos.
Cualquier candidato que aspire a gobernar Coatzacoalcos debe comprometerse públicamente a llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre la gestión de Amado Cruz Malpica. La promesa de un enjuiciamiento, de comprobarse la corrupción, no debe ser una simple frase de campaña, sino un compromiso firme con la transparencia y la justicia. El futuro de Coatzacoalcos depende de la capacidad de sus líderes para romper con la impunidad y construir un gobierno verdaderamente al servicio de su pueblo.