La huida de los Chesty y la sombra de la corrupción en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Por: Isaac Martínez Pérez.
La renuncia simultánea de Grace del Carmen y Carlos Mendoza Chesty, tesorera y secretario de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Coatzacoalcos respectivamente, ha dejado al descubierto una profunda crisis de transparencia y rendición de cuentas en la administración municipal. Su salida, calificada por muchos como una huida silenciosa, ha generado una ola de indignación ciudadana y exige una investigación exhaustiva de sus actividades durante los últimos tres años.
El manejo de los fondos públicos bajo la gestión de los hermanos Chesty ha sido opaco y cuestionado. Se les acusa de haber controlado la mayoría de los negocios municipales, generando millonarias ganancias sin que se haya presentado una rendición de cuentas clara y transparente. Eventos como la celebración de los 500 años de Coatzacoalcos (con un gasto de 50 millones de pesos), las tres ediciones de la Expo Feria, y la organización anual de las Villas Navideñas, se señalan como fuentes de enriquecimiento ilícito.
En cada caso, la falta de información pública sobre los ingresos y egresos genera sospechas de desvío de recursos. La presunta compra de silencio a la diputada Cheva, tras sus críticas iniciales al gasto en el festejo de los 500 años, refuerza esta percepción de impunidad.
La sindica municipal denunció hace meses un grave desorden administrativo en la tesorería, con inconsistencias en las cuentas públicas de los últimos tres años. Esta denuncia, sumada a las acusaciones en redes sociales que apuntan a un saqueo sistemático de las arcas municipales, exige una respuesta inmediata y contundente por parte de las autoridades. La falta de acciones hasta el momento solo alimenta la percepción de que los hermanos Chesty se van sin rendir cuentas.
La situación se agrava con la posibilidad de que el alcalde Amado Cruz Malpica abandone su cargo para integrarse al gobierno de Claudia Sheinbaum. Esta posibilidad es considerada por muchos como inadmisible, ya que otorgaría impunidad a un alcalde acusado de mala administración y complicidad en actos de corrupción. La renuncia de Cruz Malpica, si se confirma, no debe ser un obstáculo para una investigación exhaustiva de su gestión.
Es imperativo que la gobernadora Rocío Nahle García intervenga de manera enérgica. Una auditoría general al ayuntamiento de Coatzacoalcos, que incluya un análisis profundo de las finanzas municipales durante la gestión de Cruz Malpica, es fundamental para esclarecer los hechos y fincar responsabilidades.
Solo así se podrá comenzar a restaurar la confianza perdida entre los ciudadanos y se podrá evitar que la próxima contienda electoral del 1 de junio se vea empañada por la sombra de la corrupción. La justicia debe prevalecer, y la cárcel debe ser el destino de quienes hayan abusado de su poder y desviado recursos públicos. El pueblo de Coatzacoalcos merece transparencia y rendición de cuentas, y no se puede permitir que la impunidad prevalezca.