Acaban las campañas políticas.
Y todo indica que el candidato opositor José Francisco Yunes Zorrilla, resultará vencedor de la elección para convertirse en el próximo gobernador del estado de Veracruz.
No se ve cómo ni por dónde morena pueda retener la gubernatura.
Las señales son claras.
El pésimo y desastroso gobierno de Cuitláhuac García, con tufo de corrupción.
El origen zacatecano y principalmente la pesada losa de enriquecimiento ilícito que carga la abanderada guinda, descubierta por diversos actores políticos, en especial el empresario de San Rafael, Veracruz, Arturo Castagné, encargado de exhibir, con escrituras, todas las presuntas propiedades de la candidata, adquiridas, dicen, con recursos públicos.
Para muchos la gubernatura de Veracruz todavía no tiene dueño, que la moneda está en el aire.
El pueblo es sabio, dice el presidente AMLO.
Si es sabio, entonces no votará por una señora que acusan de cometer actos de corrupción y que no ha tenido la sencillez ni la humildad de desmentirlos.
Con exclamar que “son calumnias y guerra sucia”, no se quita la etiqueta de ratera que le puso la candidata presidencial opositora Xóchitl Gálvez.
No veo tampoco cómo pueda morena robarse la elección en Veracruz, habiendo tanto tiburón panista, priísta y perredista que defenderán el triunfo del aspirante Pepe Yunes.
Pero bueno…se vale soñar.
Y los morenistas están soñando ganar con el millón 70 mil beneficiarios de los programas sociales en Veracruz.
