Apareció hace unos días en algunos portales informativos una presunta encuesta que da 20 puntos arriba a la precandidata del partido oficial al gobierno de Veracruz sobre el virtual contrincante opositor.
Es una vacilada.
Una burla a la inteligencia de los veracruzanos.
Los que elaboran y difunden esos engañosos sondeos son grupúsculos que los mueve el interés por quedar bien con la señora, quien seguramente no cree en semejante barbaridad.
Es posible que el partido de la aspirante tenga ventaja en la entidad veracruzana encima de las siglas opositoras en Veracruz, llámense PAN, PRI, PRD, MC, pero no la precandidata. Y ésto sería por la imagen presidencial, su fundador. Nunca por el trabajo del gobernador en turno que apenas y alcanza 39 por ciento de aceptación ciudadana.
Pregunto:
¿A quién quieren engañar con esas atrocidades llamadas encuestas?
Esos trucos ya no funcionan. Los practicó el PRI, luego el PAN y hoy son partidos agónicos.
La realidad política de Veracruz es que a la fecha nada está escrito, no hay nada para nadie. No se vislumbra un ganador o un perdedor de la gubernatura estatal.
Lo único que vamos observando en los precandidatos es, de un lado arrogancia, despilfarro de recursos, desconcierto personal e ignorancia del territorio estatal, y del otro sencillez, serenidad y conocimiento total del estado, desde el Pánuco al Tonalá.
Y no son inventos del reportero.
Ahí están los hechos de la noticia difundida en el día a día.
Lo que sí aseguro es que, en el proceso del 2 de junio de 2024 para elegir al próximo gobernador de Veracruz, la ciudadanía votará por la persona. Muy aparte de la irritación popular que se manifiesta donde quiera por el mal gobierno actual.
Al tiempo.
Hasta la próxima.
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