“Mis pies querrán caminar hacia donde estás durmiendo, pero seguiré viviendo”.
Con este poema de Pablo Neruda abrazo profundamente el dolor y el sufrimiento de Isabel y sus hijos por la sorpresiva partida de Mario Darío, esposo y padre.
Mi cariño y solidaridad para ellos y demás seres queridos.
Recibí la noticia encontrándome en el sur del estado. Retrasos ayer para el retorno al puerto de Veracruz impidieron acompañarlos anoche, por favor mil disculpas.
Estoy llegando y escribiendo estas líneas.
Mi reconocimiento y admiración para la directora Tina y la profesora Lupita, a las mamitas Lety, Laura, Charo, Noemí, Edith y a todas las demás amigas y compañeras de Isabel que una vez más dieron muestras de la calidad humana que llevan dentro.
En cuanto se supo tan lamentable noticia se dieron a la tarea de organizarse para arropar a la amiga en estos momentos difíciles no deseados para nadie, pero por los que inevitablemente todos habremos de pasar y quizás muchos ya hemos vivido.
No me sorprende.
Tuve el alto honor de conocerlas y tratarlas en la gloriosa Cantonal, donde la responsabilidad, entrega y dedicación sincera y desinteresada por la Escuela fue, y tal vez continúe siendo, su carta de presentación..
Juntos, directora Tina, maestros, APF, CEPS y padres de familia, formábamos un equipazo de trabajo para beneficio de la Cantonal, todos unidos y regidos por los principios de respeto, orden y reciprocidad.
Los verdaderos amigos y amigas se ven en situaciones inesperadas y adversas. Y nuevamente la maestra Tina e integrantes de su equipo de trabajo del pasado, se manifestó ante Isabel, ISA para todos. Dios las bendiga por ese grande y noble corazón.