(primera parte)
COSOLEACAQUE, VER. – Por años mi amigo Cirilo Vázquez Lagunes mantuvo interés especial en este municipio de Las Llanuras del Sotavento, al sureste del territorio estatal, a no más de 40 minutos del Rancho El Mangal, su centro de poder político en los años 80.
Una tarde noche de marzo de 2002, hace 21 años, me pidió lo acompañara al municipio para recorrer algunas localidades. Había recibido peticiones de apoyo y quería comprobar la existencia de las necesidades.
El escenario fue desolador. Cabecera municipal con imagen de “Rancho Grande”, calles y avenidas principales desastrosas, colonias y zona rural abandonadas, intransitables y con alto grado de marginación social.
“Este es el municipio que ha gobernado una sola familia, está igual que hace 15 años”, me dijo.
No era para menos.
En décadas presidentes municipales entraron y salieron de palacio dejando a Cosoleacaque en bancarrota, hundido en el atraso urbano y social.
Por tantas carencias en servicios públicos, agentes municipales, directores escolares y ciudadanos de a pie de Cosoleacaque, acudían a Cirilo Vázquez para solicitarle ayuda en mejoras para caminos rurales, escuelas, clínicas médicas, iglesias, entre otros.
Extensa lista de peticiones, de voz y escritas, llegaban todos los días a manos de Cirilo. Larga también la distancia que la gente de Cosoleacaque, hombres y mujeres, tenían que recorrer (en coche, camioneta o autobús) hasta llegar con la única persona que sabían los ayudaría a resolver carencias en servicios básicos históricos.
”Está lejos pero no nos importa venir hasta acá con don Cirilo porque siempre ayuda a la comunidad”, solían expresar las personas que recurrían al benefactor del sur de Veracruz.
Lo buscaban donde él estuviera. Y no se equivocaban en hacerlo.
Cirilo, nunca los dejaba solos.
La respuesta después de escucharlos siempre fue de aliento y esperanza:
– “Sí los apoyo, organícense, pónganse de acuerdo y regresen la próxima semana”.
Y cumplía promesas:
Su mano amiga se dejó sentir en colonias y comunidades de Cosoleacaque y otros municipios de la región sur. Enviaba toneladas de cemento y varilla para obras de infraestructura urbana que sacara del aislamiento a miles de familias.
Cirilo Vázquez, puso interés especial en apoyar al municipio “cumbre de los cojolites o faisanes”.
Sembró para la gente necesitada. Nunca se cansó de sembrar.
En la elección del 6 de julio de 2003, (ya en prisión por inventos delictivos del alemanismo) Acayucan y Cosoleacaque se vistieron de azul por primera vez, ganando ambas diputaciones federales. Desde la cárcel, Cirilo mostró su fuerza política, a través de su hija Regina Vázquez Saút y su hermano Jesús Vázquez González, respectivamente. Dirigidos en campaña por su hermano Abel Vázquez González.
Lo vi, estaba feliz por los triunfos. Ganar Cosoleacaque lo animó seguir ayudando a este municipio.
Una vez, días antes de los comicios municipales del 4 de septiembre de 2004, usando el teléfono público al servicio de todos los presos de Pacho Viejo y no importándole que lo grabaran, se enlazó con habitantes de Cosoleacaque (lo escucharían a través de bocinas previamente instaladas por sus seguidores -Chacuaco y compañía- en el parque central). Les pidió salieran a votar por los candidatos de sus preferencias, menos por los del partido gobernante (PRI) que lo mantenía en prisión.
En el proceso de julio de 2006, permitió que “el PRI ganara” la diputación federal por Cosoleacaque. Fidel Herrera, el gobernador, se lo pidió para ayudar a su exsecretario particular.
Ya no está Cirilo Vázquez Lagunes, pero sus hijos, Cirilo y Ponciano, siguieron sus pasos en Cosoleacaque.
(Foto:redes sociales)