Se alistan toneladas de lodo y estiércol para la contienda electoral 2024 por la gubernatura de Veracruz.
El principal recolector es la alianza opositora.
Sabuesos políticos, azules, tricolores y amarillos, entrenados especialmente para investigar encargos sucios, buscan hasta por debajo de las piedras toda la corrupción oficial acumulada los últimos 5 años en dependencias cuitlahuista.
Los morenos en el poder aseguran que todo es honestidad y transparencia en las finanzas estatales. Marlon Ramírez y los Yunes, tienen otros datos.
Expertos en guerra sucia vaticinan que en la lucha 2024 por la silla embrujada de Palacio de Gobierno, se repetirá la historia de hace 7 años.
El ganador de la gubernatura en 2016 fue precisamente el aspirante que convirtió la campaña proselitista en un lodazal exhibiendo la podredumbre de la administración estatal que estaba en funciones.
El encontronazo escrito en la plataforma X (antes twitter) de la tarde de ayer martes entre Héctor Yunes y Javier Duarte, es sólo una pequeña muestra de lo que viene.
El manejo de las finanzas del gobierno actual pudiera encontrarse mejor, igual o peor que las del mandato 2010-2016. La campaña opositora lo dirá.
Por lo pronto, el ingeniero mecánico electricista que despacha como gobernador desde el 1 de diciembre de 2018, enmudeció ante el agarrón de Héctor VS Javier.
Se esperaba que hoy miércoles Cuitláhuac saliera a desmentir las acusaciones de Héctor Yunes en su contra. Prefirió distraerse con el rector de la UV Martín Aguilar colocando la primera piedra del Teatro Universitario.