Eran niños cuando los conocí.
Estaban de visita en casa de su padre Cirilo Vázquez Lagunes, en la Ciudad de Puebla.
Crecieron y se formaron bajo la disciplina dura y estricta que caracterizó a su progenitor.
“Son varones, tienen primero que aprender a trabajar, a ganarse y defenderse en la vida”, me dijo Cirilo cuando una vez pregunté por qué “diferenciaba” en sus tratos a unas y a otros.
Siendo estudiantes universitarios viajaban regularmente de Puebla al municipio de San Juan Evangelista para encontrarse con su papá.
Una ocasión al retornar a la ciudad de Veracruz coincidí en el autobús con el joven Cirilo que haría escala técnica (como galán) en el puerto jarocho antes de continuar su viaje a la Angelópolis. Aproveché para orientarlo cómo llegar al lugar donde lo esperarían.
Rondaban los 22-23 años cuando perdieron a su padre en noviembre de 2006.
Su tío, Abel Vázquez González, exalcalde San Juan Evangelista, conocedor de tiempos y formas, fue su impulsor en el escabroso mundo de la política. Los encarriló hacia el municipio de Cosoleacaque. A continuar lo que el papá comenzó años atrás.
Llegaron y se quedaron.
Primero legisladores, después presidentes municipales.
Los electores no los han soltado en por lo menos siete elecciones consecutivas. Y saben por qué lo hacen.
LO CIERTO ES QUE…ignorancia, celos o venganza se entremezclan cuando un alcalde concluye su periodo y llega el otro que no es del mismo quipo político. Es cuando inicia la parálisis municipal. La autoridad entrante minimiza, no acepta, no reconoce logros del antecesor que pudieron beneficiar grandemente a la población. Llega y quita, cambia, cancela, paralizando con esas acciones el rumbo del progreso.
Millones de pesos del erario municipal son arrojados a la basura por arrogancia y falta de sensibilidad de quienes asumen cualquier encargo público. Y esto sucede en los tres niveles de gobierno.
Con Cirilo y Ponciano, Cosoleacaque ha tenido continuidad en el progreso social.
HACE UNA SEMANAS…estuve en el municipio. Admirable la transformación urbana que luce Cosoleacaque. Desapareció el “Rancho Grande” y marginado que conocí en 2002. El corazón de la ciudad con calles y avenidas pavimentadas, limpias, guarniciones y banquetas renovadas.
El progreso se observa también en las colonias con obras de infraestructura urbana como pavimento, drenaje, alumbrado y construcción de pozos para la extracción de agua.
Comerciantes, taxistas, vendedores, empleados, boleros y estudiantes con los que pude platicar, expresaron: “Cosoleacaque ha cambiado, se respiran aires de progreso y bienestar social”.
– “Gracias a los Vázquez Parissi tenemos, drenaje, pavimento, alumbrado, agua potable,”, fue el grito de agradecimiento de muchos que se dieron cita el pasado 7 de septiembre en la Colonia Patria Libre, en el banderazo de arranque que dio el alcalde Ponciano Vázquez para los trabajos de pavimentación, guarniciones y banquetas de las calles Vicente, Guerrero, Corregidora y Niños Héroes.
Se ve, se dice y se asegura: La gente los quiere., reconocen y agradecen el trabajo que juntos han realizado.
EL SALUDO.
Después de casi una década de no verlo saludé al presidente Municipal, Ponciano Vázquez Parissi.
El mismo de siempre: sencillo, atento y sonriente. Un abrazo, una botella de agua y la invitación a sentarme.
Atiende en una “oficinita” de 5×4 metros, sin lujos ni nada parecido, sólo un escritorio y par de sillas.
Charla de amigos, varios temas.
Sorprendí por su conocimiento del escenario político estatal. Refirió actores del 2024 y pronosticó quién ganará la gubernatura el próximo 2 de junio. “Son números, Arturo”, me dijo.
Esas dos palabras “son números”, nunca faltaban en Cirilo Vázquez Lagunes cuando exhibía su agilidad mental para sumar, restar, multiplicar y dividir sufragios de elecciones pasadas para poner sobre la mesa el posible vencedor de la siguiente jornada electoral.
Observé en Ponciano toda la figura de su padre: el sentarse, su caminar, su espalda, la mirada fija sin parpadear, el movimiento de sus manos, la rapidez de sus respuestas. Es decir: una copia real del aclamado benefactor del sur veracruzano.
¿Qué sigue en 2024 para los Vázquez Parissi?, pregunté.
“Nada, yo termino aquí…y a la banca”, contestó sonriendo.
No le creo.
Llevan en la sangre el ADN político.