Terminó la precampaña de Rocío Nahle, candidata la gubernatura de Veracruz por morena y termina en Alvarado, Veracruz, con mucha algarabía y coros y con más de 6000 asistentes, la mayoría militantes y simpatizantes.
¿La pregunta obligada, porqué Alvarado y no el puerto de Veracruz?
¿Será porque le iban a poner traba los Yunes en la macro plaza?
¿O tal vez tuvieron miedo de lograr un éxito rotundo llevando pocos militantes y maestros o en el último de los casos no tiene el respaldo de toda la militancia del puerto y de Boca del Río?
Lo cierto es que este proceso electoral tiene muchas situaciones particulares:
1.- El pésimo trabajo del gobernador que es calificado con una aceptación del 3.7%
2.- Eresultado de las elecciones del 2018 fue muy cerrada, Cuitláhuac ganó por una diferencia de menos de 50 mil votos.
3.- No va a parar la estrategia de que Rocío Nahle es zacatecana, situación que desde mi punto de vista es irrelevante, porque a la fecha los gobernadores de Veracruz han robado que da miedo.
4.- No tiene el respaldo y apoyo de toda la militancia, quienes se han visto desplazado de este proceso electoral por chapulines de otros partidos.
5.- Hoy la militancia de morena ha cambiado y muchos van por un interés económico y son capaces de venderse al mejor postor.
En este contexto nada está escrito, la moneda si está en el aire. Los Yunes son especialistas en hacer trampas en los procesos electorales, hasta de clonar comprobantes de domicilio para ser candidatos y mucho más.
Hoy para Rocío Nahle es momento de reflexión si quiere ganar, debe deslindarse de todo lo que signifique Cuitláhuac; sumarse a la militancia y tener un verdadero plan de desarrollo, claro sin dejar a un lado resolver el problema de la delincuencia organizada, es momento de compromisos reales no de promesas vacías, hoy puede tener todo para ganar y hacer todo para perder, a pesar de que morena trae un empuje impresionarte gracias al presidente .