La lucha por el poder de la justicia o la guerra por la justicia.
Todo indica y así estaba señalado, desde antes de la campaña presidencial de 2024, que las reformas al sistema de justicia iban en serio.
El presidente promovió la estrategia de la mayoría calificada, mientras que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) con el estilo autoritario que caracteriza a Norma Piña, menospreció la advertencia y dudó de esta posibilidad.
La titular de la SCJN continúo con la arrogancia y prepotencia del poder que le otorga la interpretación de la ley para proteger a la clase empresarial y a los dueños del dinero, como Ricardo Salinas Pliego y la deuda que tiene con el SAT, y nunca cedió ante las reformas constitucionales del presidente AMLO,
Alejarse del diálogo fue la postura de la oposición con el discurso de que la ley debe imperar al igual que la constitución, y ella es la ley que no puede estar por abajo del Poder Ejecutivo.
Ahora le cobran la falta de diálogo y el abuso del poder que ha ejercido y su subordinación a la clase político de la oposición. Se defendió como gato boca arriba intentado suspender la discusión de la reforma judicial en la Cámara de diputados por medio de amparos de jueces federales por supuestas afectaciones al Poder Judicial sustentadas en el Artículo 186 del reglamento legislativo.
Todo un argumento que no fue tomado en cuenta y esta madrugada de miércoles la reforma judicial fue aprobada por mayoría calificada en la Cámara de Diputados, pese a las presiones mediáticas del movimiento de los universitarios y del paro de ministros y trabajadores del Poder Judicial. La reforma pasa a la Cámara de Senadores para su validación.
El paro ilegal y anticonstitucional en la SCJN demostró que la ley es Norma Piña y los jueces se sienten los dioses de la ley, grave error que pagarán caro.
Romper con la corrupción, la impunidad, el nepotismo y el abuso del poder será difícil, pero es una advertencia de que nada es para siempre y más cuando se abusa del poder.
Pero debe complementarse con un seguimiento de su labor en la impartición de justicia, esperemos que no sea una forma de control gubernamental para ejercer un poder autoritario.
Hoy la guerra la gano el presidente. Hoy el discurso fue más fuerte que el sistema judicial y la SCJN. Hoy estamos en manos del gobierno por autodeterminación del pueblo.