Sobre advertencia no hay engaño.
Creo que todo estaba claro desde el principio, aunque nos sorprendió por las campañas políticas negras como el agua residual, pero el presidente y Claudia Sheinbaum fueron determinantes.
Anunciaron el Plan C, que significa la continuación del proyecto de la 4T con Claudia como presidenta y una mayoría calificada que permitiera las reformas al Poder Judicial y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otras reformas como la energética, la laboral.
Quedó más que claro que los mexicanos salieron a votar consientes que México requiere cambiar y esto significa reformas profundas que permitan implantar una verdadera justicia pronta y expedita para todos, lo que implica terminar con privilegios y corrupción y dejar libres a delincuentes de alto calibre justificando con faltas al debido proceso o que no hay elementos suficientes para procesarlos.
Hoy México debe cambiar para bien de todos los mexicanos, perooooooo no podemos politizar los puestos de jueces y magistrados porque a corto plazo caeríamos en lo mismo, corrupción y tráfico de influencias.
El verdadero cambio está en una supervisión a jueces y magistrados en sus dictámenes, en revisar su función y ante cualquier queja tomar cartas en el asunto, en pocas palabras un órgano independiente que obligue a qué se imparta verdaderamente justicia y penas ejemplares a quien solo negocie con la justicia, desde la incautación de bienes producto de la corrupción hasta pena de cárcel.
Ya basta de cárcel sólo para los pobres.