Tenemos una clase política de vergüenza que se expresa claramente en este proceso electoral sin tapujos.
Una característica de este proceso electoral además de la guerra sucia de PRIAN- PRD contra morena, es el hecho que salen los trapitos al sol de algunos candidatos que seguramente les cobrarán facturas en los resultados electorales.
Empecemos con Xóchitl Gálvez que se ha caracterizado por ser mentirosa y dando la imagen de una indígena que trabajó duro vendiendo gelatinas para salir adelante y acumular una fortuna considerable.
La es realidad que siendo delegada en la Miguel Hidalgo adjudicó obra pública a su empresa, tiene varios señalamientos de corrupción de los mismos habitantes y para terminar de joder exhiben un vídeo de su hijo en estado inconveniente, ofendiendo e insultando de manera grosera y degradante al personal del antro, mostrando su educación, prepotencia y arrogancia discriminatoria.
Aunque se disculpa públicamente demuestra su personalidad y quién es en realidad, y no obstante este vídeo sale Xóchitl festejando con sus hijos y amigos de ellos tomando y celebrando con una cerveza y su lenguaje folklórico. De verdad da pena su capacidad de desenvolvimiento en los medios.
Otro caso es el de Rocío Nahle, candidata de morena a gobernadora de Veracruz, quien se encuentra en el ojo del huracán. Además de ser abucheada y corrida en el Café La Parroquia también es señalada por actos de corrupción.
Pepe Yunes, el candidato del PRIAN, señala que las declaraciones patrimoniales de Nahle como servidora pública de 2018 a 2023 señalan ingresos por 16 millones 191,294 pesos, pero los bienes adquiridos a partir de 2019 suman 60 millones de pesos, casi 3 veces más de lo declarado y se ha negado a dar una aclaración a los medios señalando que no va a entrar en el juego periodístico, cuando lo más sensato es explicar.
Por otro lado, Rocío Nahle se autodenomina veracruzana ante la crítica de su origen zacatecano sin darse cuenta que reniega de sus raíces, cuando debería explicar que se siente orgullosa y agradecida de Veracruz y que ha luchado y luchará por Veracruz, pero no, sigue encasillada en su arrogancia y prepotencia que también la mantiene alejada de la militancia morenista.
Prueba de ello fue su inicio de campaña en el malecón de este puerto que solo cubrió un 70% del área y la mayoría fueron acarreados del sector educativo, porque en Veracruz y Boca del Río la militancia no participa activamente como respuesta a la imposición de candidatos chapulines.
Otro personaje que deja mucho que desear en morena es Pepín Ruiz Carmona que proviene del PRI y llevó a la quiebra al extintor SAS además de cometer un gran fraude en Hacienda del Estado.
Pero ahora Pepín es candidato a diputado local por morena gracias a qué o a quién.
Ahí tenemos también el caso del gobernador con licencia, Cuauhtémoc Blanco, a quien señalan de presunto desvío multimillonario en las arcas morelenses. Para cubrirse las espaldas finalmente impuso como candidata de morena a una incondicional que no era la puntera en las encuestas. Cuando Mario Delgado le dijo que no iba su recomendada amenazó con inscribirse para buscar la Jefatura de la Ciudad de México, donde sus números de aceptación ciudadana no son malos.
Para que el proceso en la CDMEX no se complicara, aceptaron la candidata del exfutbolista y todavía de premio, para que tenga fuero, le aseguraron un lugar pluri en la próxima legislatura federal.
La senadora de morena, Lucy Meza, quien encabezaba las encuestas de morena para el gobierno de Morelos renunció al partido y hoy es la abanderada del PRIAN, con muchas posibilidades de ganar la gubernatura el 2 de junio.
Y así podemos buscar la trayectoria de nuestra clase política que deja mucho que desear, siguen saliendo los trapitos al sol y son pocos los que se salvan. Así que veremos guerras sucias, difamaciones y mentiras, además de un tira-tira para ver quién tiene las manos más sucias.
Total, ya lo decía Jesús Reyes Heroles: los políticos tienen que aprender a lavarse las manos con agua sucia. Vaya aseveración que expresa un sistema podrido y corrupto.
México merece un mejor sistema político con políticos honestos y nacionalistas que engrandezcan este gran país, pero para esto necesitamos un pueblo consciente y guerrero.