Análisis Político

Si los corridos hablaran de los gobiernos no habría corridos, porque ni para eso dan nota.

Hoy el gobierno toma una postura dramática, intolerante, superficial, abusiva, autoritaria y antidemocrática en contra de los corridos.

Como toda buena política desvían la atención y se lavan las manos como Poncio Pilatos señalando que los corridos promueven el desarrollo de narcotraficantes al considerarlos héroes.

Es una inaceptable justificación ante los pocos resultados de los gobiernos en combate a la delincuencia organizada, como consecuencia de que las mismas autoridades, federal, estatal y municipal y los cuerpos policiacos están infiltrados.

No lo digo solo yo, son los hechos, algunas evidencias son los casos García Luna en el sexenio de Felipe Calderón, el exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, el protegido exgobernador de Morelos y actual diputado federal, Cuauhtémoc Blanco, con varios señalamientos, el resultado del Operativo Enjambre en el Estado de México y demás operativos en los que, hasta la fecha, siempre salen relucir presunta participación de autoridades con bandas delictivas.

También lo señala el gobierno de EU, lo expresa el pueblo de México, todo eso solapado por el mismo gobierno que dio abrazos y no balazos.

Pero sobre todo el Poder Judicial y la Joya de la Corona, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), señalada por nuestra propia presidenta, quien curiosamente ya cambió su discurso de combatir las causas como son la pobreza, el desempleo, la educación y el deporte.

Pero como no puede afrontarlo, ahora nuestra presidenta se sale por la tangente y se va por la vía de decreto de ley contra los corridos. Si que salió inteligente la doctora Sheinbaum.

Debemos recordar que los llamados “narcocorridos” tienen muchísimo tiempo que se escuchan, no solo en México si no en Estados Unidos con los Tigres del Norte.

Y no es por los narcocorridos que aumento la violencia ni los grupos delincuenciales, ni porque tengan fans en su música. Lo acabamos de ver en Jalisco, presuntamente muchos son obligados a ser sicarios.

Así que no se engañen como los engañaron, la música no crea sicarios, si no la falta de un verdadero gobierno con una justicia incorruptible de cero tolerancia.

Si atacan las verdaderas causas del crecimiento en inseguridad nos quedaríamos sin muchos de los jueces, sin menos políticos, funcionarios, legisladores y hasta gobernadores y presidentes municipales.