Análisis Político

¿Hasta cuándo el gobierno será capaz de resolver los problemas de fondo en SEFIPLAN?

Una vez más se abre el capítulo de incompetencia, corrupción, burocratismo y atraso tecnológico en la Secretaría de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN) del Gobierno del Estado de Veracruz.

¿Y quiénes pagan los platos rotos? Nada más y nada menos que los contribuyentes, aquellos que generan importantes ingresos al gobierno y son tratados como si fueran presos o limosneros, teniendo que llegar de madrugada para poder hacer un trámite vehicular.

Es algo inconcebible, ilógico y arbitrario al grado que, en medio de la lluvia, del norte o el fresco de la noche, tienen que formarse afuera de las instalaciones del WTC porque a los genios de Xalapa se les ocurrió que “así hay más orden”. Una vil estupidez, y lo peor, los gestores son tratados peor que rateros, son discriminados y solo pueden pasar a realizar un trámite teniendo que contratar ayudantes.

Todo un show de 4 y hasta 7 horas para realizar su trámite, aventura burocrática que sí gana el Ripley a nivel mundial.

Esto comenzó como película de acción. Según versiones mandan a un tal Cristian de Xalapa como apoyo a la oficina del “Panalito”, con el cargo de jefe de sistema, para corregir trámites irregulares y finalmente se queda en Boca del Río, dónde, dicen, se da a la tarea de formar una presunta banda de corruptos que incluye a jefes de oficina.

Y como es esperarse, aunque usted amable lector no lo crea, cuentan que comienzan a hincharse de dinero haciendo trámites irregulares y trámites VIP, estimando ganancias de más de 60 mil pesos diarios.

Claro, hacían toda esa supuesta tranza bajo la sombra protectora del entonces subdirector de Ingresos, el ignorante y prepotente, Diego Meléndez, cuatacho del exgobernador Cuitláhuac García.

También se dice en los pasillos de las oficinas de hacienda que el tal Cristian termina en malos pasos y tiene que salir huyendo de Veracruz al igual que parte de su bandita, dejando un desmadre administrativo en la oficina de Bruno Pagliai y en la de Boca del Río.

Y como diría mi abuela, lo más asombroso es que el mismo Cristian regresó a trabajar a Xalapa, sí, a las oficinas centrales de SEFIPLAN, según cuentan las malas lenguas, lo que indica que existe una posible mafia política desde la capital del estado.

Todo lo anterior empaña y ensucia la 4T aún todavía más, ya que según la Auditoría Superior de la Federación existe un desfalco o cuentas malas y muy negras del ejercicio presupuestal del 2023 por 3 mil millones de pesos en el Gobierno de Cuitláhuac García, en las Secretarías de Salud y de Educación. Todo esto todo ratificado por la gobernadora dentro del proceso de obligación de solventar la auditoría federal del 2023.

Todas esas irregularidades financieras en la administración de García Jiménez apuntan hacia Eleazar Guerrero, familiar de Cuitláhuac, quien como subsecretario fue el todo poderoso en la SEFIPLAN.

Como puede observarse, así se cuecen los tamales en Veracruz, diría mi abuela, podría terminar con “fue un horror, perdón un error”, así como las 172 empresas fantasmas que curiosamente desaparecieron”.

Esperamos que nuestra flamante gobernadora se dedique más a gobernar y deje la política que no le compete como el caso de los Yunes por más razón que tenga, y también saque las manos del proceso electoral municipal que promete un buen desmadre, aunque usted si lo crea.

Pero sobre todo que los servidores públicos estatales le bajen a la prepotencia y arrogancia, creen que todo lo saben y todo lo pueden y terminan con un pésimo gobierno como los de Fidel Herrera, Javier Duarte y Cuitláhuac García. De los tres ni a cuál irle.

El actual gobierno estatal es la última esperanza para llegar al hartazgo.