Trump en la Presidencia de los EU. A partir de hoy veremos si el perro es tan bravo o solo amenaza, sabremos si es capaz de morderse él mismo.
Hemos visto demasiadas amenazas de Trump a nivel internacional, sobre todo por cerrar su economía con aranceles que van desde el 25%, 35% y hasta el 100% en el caso de China.
La disputa por el Canal de Panamá y la pretensión de apoderarse del Golfo de México y la conquista de Groenlandia, como diría mi apa, salió más cabrón que bonito. Todo un clon de Hitler, pero lo más alarmante, con instintos suicidas.
Esto porque al adoptar una política antinmigrante de deportación masiva e inmediata va afectar su mercado laboral, el cual es indispensable para la industria de la construcción, los servicios y sobre todo en la producción agrícola en dónde los gringos no se contratan por ser agotador y pesado.
No tardaremos en ver inflación por aranceles, incremento del precio de la jornada laboral por carencia de mano de obra barata y escasez de productos alimenticios.
Dudo que tengan tecnología de punta y producción robatoca como para sustituir de inmediato la fuerza laboral. En menos de un mes se dará cuenta que manejar una economía con cambios drásticos no es lo mismo como manejar una bicicleta, a pesar de haber sido presidente.
La edad le está cobrando factura, está perdiendo la razón y su poderío militar le ha hecho creer que los zapatos por la fuerza entran.
Hoy existe más especulación que certeza. México está adoptando una política coherente con resultados a mediano y largo plazo.
Lo cierto es que a corto plazo económicamente nos afectará a la ya deteriorada economía pudiendo tumbar todas las expectativas de crecimiento. La deportación de mexicanos es de impacto inmediato.
El efecto de intervenir en México por considerar a los narcotraficantes como narcotraficantes, pudiese ser de más mesura por las implicaciones políticas internacionales y la postura de Claudia Sheinbaum de no permitirlo.
Ya mañana conoceremos la dimensión de sus amenazas.