Habemus gobernadora y ahora… ¿hacia dónde vamos?
Después de una guerra sucia en contra de Rocío Nahle y unos resultados pésimos del exgobernador Cuitláhuac García no se dudaba un triunfo contundente de Morena de un 50% arriba del PRIAN, es decir 2 votos a 1 de los Yunes.
Increíble pero cierto, triunfo contundente con mayoría en el Congreso y un apoyo social indiscutible a pesar de recibir un estado donde la percepción principal de la ciudadanía es la inseguridad y el incremento de precios en productos de primera necesidad.
Los retos no son fáciles sobre todo por la filtración del crimen organizado en los cuerpos de seguridad pública. Hoy los más fuertes delincuentes llevan uniforme lo que obliga a cambiar no solo los mandos altos si no también los mandos medios y la aplicación de exámenes de confianza a todos los cuerpos policiacos principalmente.
Hoy Veracruz es el sexto lugar en la aportación al PIB y casi el mismo porcentaje en población; somos 8 millones de veracruzanos y uno de los principales bastiones de Morena.
Claudia Sheinbaum ganó en Veracruz con el 66% de la votación, de ahí que los compromisos de su gobierno sean mayores, principalmente porque es una de las entidades más pobres del país con un deshonroso quinto lugar, por lo que urgen proyectos bien fundamentados para desarrollar el estado.
Peroooooo, hoy en Veracruz lo más apremiante políticamente es el proceso electoral para la renovación de las 212 alcaldías. Los candidatos de Morena deben ser militantes de trayectoria con capacidad y preparados para impulsar el desarrollo de sus municipios y no decidir solo por administradores incapaces y corruptos.
Hoy la 4T necesita de verdaderos luchadores sociales al frente de las candidaturas y no politiquillos mediocres del pasado ni de candidatos del PRIAN incrustados en Morena.
Urge tomar en cuenta a la militancia para unir al partido.
Los municipios son la pieza clave para sacar de la pobreza al pueblo y lograr el desarrollo de la entidad veracruzana.
Así se demostrará la capacidad de Rocío Nahle para dejar a un lado el pasado negro de Cuitláhuac en el gobierno de Veracruz.
