De 53 años, se dirigió a miles de seguidores que le escucharon en un escenario montado a espaldas del Congreso, donde juró como presidente por un periodo de cuatro años en reemplazo del peronista Alberto Fernández (2019-2023).
BUENOS AIRES (AP) — El flamante presidente de Argentina, el ultraderechista Javier Milei, advirtió a sus compatriotas que el país se encuentra en una situación crítica derivada de los errores cometidos durante décadas y anunció que para evitar una hiperinflación y enderezar la economía tomará dolorosas medidas de ajuste.
Milei, de 53 años, se dirigió a miles de seguidores que le escucharon en un escenario montado a espaldas del Congreso, donde juró como presidente por un periodo de cuatro años en reemplazo del peronista Alberto Fernández (2019-2023).
En la ceremonia de asunción, el economista ultraliberal enarboló su bastón de presidente, en cuya empuñadura están talladas las cabezas de sus cinco perros mastines: Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas, a los que llama “hijos de cuatro patas”.
El líder de La Libertad Avanza afirmó que con su llegada al poder comenzó una nueva era de “paz y crecimiento” que pone fin a “décadas de fracasos, peleas intestinas y disputas sin sentido que han destruido” al país sudamericano.
El dirigente advirtió que su gobierno no tolerará “a quienes usen la violencia o la extorsión” para obstaculizar el cambio del actual modelo populista que se ha propuesto concretar durante su gestión.
“Se siente, se siente, Milei presidente”, gritaron los seguidores del libertario en las afueras del Congreso mientras ondeaban banderas argentinas. Muchos vestían camisetas albicelestes del seleccionado de fútbol.
“(Estoy) feliz que finalmente el pueblo se unió y dio a conocer lo que sentía, lo que pensaba. Por lo menos tenemos un líder que no es un chorro (ladrón) como los de siempre. El año pasado la Argentina salió campeón del mundo y ahora Javier Milei asume. Felicidad pura”, dijo a The Associated Press Belén Tadamo, de 20 años, quien llevaba la bandera de su país sobre sus hombros.
En tanto, Wenceslao Aguirre manifestó su deseo de que los problemas económicos se reviertan. «Esperamos que esto cambie de una vez por todas y podamos estar en el único lugar que tenemos que estar como país, que es ser una potencia mundial.”
Otras personas ondeaban la bandera amarilla de Gadsden, en cuyo centro hay una serpiente cascabel en espiral y la cual los seguidores de Milei han adoptado. La insignia suele asociarse a la derecha libertaria estadounidense.
Durante un discurso enfocado principalmente en la problemática situación económica, el nuevo presidente destacó que su país enfrenta una herencia nefasta del gobierno centroizquierdista que lo antecedió, en la que destaca el abultado déficit fiscal y una inflación galopante, que hoy es de más de 142% anual y que podría desbocarse generando un escenario hiperinflacionario.
“El gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación», dijo Milei, quien señaló que su “máxima prioridad es hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe” que -según afirmó- llevaría la actual pobreza que afecta a más de 40,1% de la población al 90%.
“Aunque dejemos de emitir, el desmadre monetario del gobierno saliente de haber emitido por 20 puntos de PIB no es gratis, lo vamos a pagar con inflación”, apuntó el economista, de formación ultraliberal.
Según vaticinó, de seguir ese ritmo de emisión de pesos, la suba de precios escalaría a niveles de 15 mil% anual. “Este número que parece un disparate implica inflación de 52% mensual. Hoy mismo ya viaja a un ritmo de entre 20 y 40% mensual para los meses entre diciembre y febrero”, advirtió.
El escenario de hiperinflación, según Milei, llevaría a Argentina a la peor crisis de su historia y equipararía al país “con la oscuridad de la Venezuela de (los presidentes Hugo) Chávez y (Nicolás) Maduro”.
Milei aseveró que “no hay alternativa” al ajuste. «Esto impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, empleo, salarios reales, cantidad de pobre e indigentes. Habrá estanflación”, alertó el mandatario.
Milei acotó que aunque a corto pazo “la situación empeorará… luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo habiendo creado las bases de un crecimiento sólido».
El ultraliberal subrayó que el “ajuste ordenado” caerá con todas sus fuerzas sobre el Estado y no sobre el sector privado.
En referencia a las protestas que los sindicalistas y organizaciones sociales han anunciado en contra de los recortes del gasto que están por llegar, Milei dijo que quien bloquee calles o rutas no recibirá asistencia estatal. “El que corta no cobra… Dentro de la ley (se) permite todo, pero fuera de la ley no (se) permite nada».
También lanzó una advertencia a las organizaciones sociales que de forma recurrente lideran esas movilizaciones afirmando que su gobierno no se dejará «extorsionar por aquellos que utilizan a los que menos tienen para enriquecerse a ellos mismos”.
Al abordar la inseguridad, la mayor preocupación de los argentinos junto con la inflación, Milei dio a entender que aplicará la mano dura. “Se acabó con el siga, siga de los delincuentes”.
En cuanto a las discrepancias que se avecinan con sus adversarios en el Congreso, quienes han prometido ejercer una férrea oposición a las reformas proyectadas, Milei dijo que su espacio no pretende “perseguir a nadie”, aunque peleará por concretar la agenda económica que ha trazado para los próximos cuatro años.
La puesta en marcha de ciertas reformas se perfila complicada teniendo en cuenta que La Libertad Avanza es la tercera minoría en ambas cámaras legislativas y se verá obligada a negociar sobre todo con el peronismo, la mayor fuerza de la oposición.
“No venimos a saldar viejas vendettas ni a discutir espacios de poder. No pedimos acompañamiento ciego, pero no vamos a tolerar que la hipocresía, la deshonestidad o la ambición de poder interfiera con el cambio que los argentinos elegimos”, sostuvo el mandatario.
En una ceremonia en el Congreso, Milei juró la Constitución ante la vicepresidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner, quien gobernó Argentina entre 2007 y 2015.
A la asamblea legislativa asistieron líderes mundiales de la derecha como el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el titular del partido Vox, el español Santiago Abascal.
Antes de jurar el cargo, Milei firmó en el libro de honor del Congreso de presidentes “Viva la libertad carajo”, el lema con el que termina sus mensajes políticos.
En una muestra de la grieta política en Argentina, Fernández de Kirchner mostró su disgusto con los militantes de la Libertad Avanza que la abuchearon previamente, a su llegada al Congreso.
La también exmandataria centroizquierdista respondió desafiante a los gritos levantando el dedo anular de su mano derecha con el gesto grosero.
Cinco legisladores de izquierda que esperaban en sus bancas la llegada del libertario alzaron carteles que decían “No al plan motosierra de Milei contra el pueblo”.
Milei recorrió en un descapotable junto a su hermana y asesora Karina — a la que denomina “El Jefe”— el camino desde el Congreso hasta la casa de gobierno situada en la histórica Plaza de Mayo.
Allí saludó a los invitados internacionales que asistieron a su asunción, como el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, el exmandatario de Brasil Jair Bolsonaro; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el titular del partido Vox, Santiago Abascal, dirigentes de ultraderecha que comparten sus visiones.
La primera ministra italiana Giorggia Meloni mostró su afinidad con el nuevo presidente en su cuenta de X, antes Twitter. “Argentina es históricamente una nación amiga de Italia, donde vive la mayor comunidad de nuestros compatriotas en el exterior, con quienes pretendemos consolidar nuestras relaciones bilaterales y colaborar en los principales temas de la agenda internacional”.
En horas de la tarde, Milei tomará juramento a los ministros y acudirá a una ceremonia interreligiosa en la Catedral de Buenos Aires. El presidente lleva un tiempo estudiando la Torá y analiza convertirse al judaísmo.
El presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, encabeza la lista de ausentes notorios a la ceremonia de asunción, seguido por sus colegas Andrés Manuel López Obrador de México y Gustavo Petro de Colombia, los tres más afines al kirchnerismo —peronismo de centro-izquierda— que gobernó hasta ahora.
Lula rechazó la invitación, molesto porque Milei lo trató de “corrupto y comunista” durante la campaña.
Nicolás Maduro (Venezuela), Miguel Díaz Canel (Cuba) y Daniel Ortega (Nicaragua) ni siquiera fueron invitados.
La excepción fue el presidente izquierdista de Chile, Gabriel Boric, quien sí asistió a la toma de poder del ultraderechista.
“Mas allá de las conocidas y públicas diferencias que pueda tener con el presidente Milei, deseo por el bien del pueblo argentino que tenga una buena gestión y que sea lo mejor para su patria”, dijo Boric.
“Tal como lo comentamos con el presidente de Argentina, nosotros pasamos, nuestros pueblos quedan. Y por eso he venido a este cambio de mando, porque me parece que es lo que correspondía en función de la histórica relación entre Chile y Argentina, de nuestra frontera compartida y de nuestra historia compartida”, afirmó el mandatario chileno.
Indicó al respecto que las áreas donde trabajarán son las del desarrollo de infraestructura, conectividad fronteriza y energética.
En el cierre de su primer día como presidente de Argentina, Milei asistirá a una gala en el Teatro Colón.