La segunda mujer iraní en recibir el Nóbel está cumpliendo una sentencia de 30 meses por acusaciones de difusión de propaganda contra el sistema, desobediencia en prisión y difamación contra las autoridades. Tras cumplir su sentencia, no podrá salir del país en dos años ni tener un teléfono celular.
Proceso
DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP).— Un tribunal en Irán le impuso otros 15 meses de prisión a la ganadora del Premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi al acusarla de emitir propaganda contra la República Islámica, informó el lunes su familia.
La sentencia fue impuesta el 19 de diciembre, anunció la familia por Instagram. Añadió que Mohammadi se negó a acudir a las audiencias en el tribunal.
El veredicto añade que tras cumplir su sentencia, Mohammadi tendrá prohibido salir del país durante un periodo de dos años, formar parte de grupos sociales o políticos y tener un teléfono celular por el mismo periodo.
Además le prohíbe estar en la capital Teherán, por lo cual probablemente tendrá que cumplir la sentencia adicional en otra provincia de Irán. Mohammadi está detenida en la notoria Prisión Evin, cumpliendo una sentencia de 30 meses tras las rejas por acusaciones de difusión de propaganda contra el sistema, desobediencia en prisión y difamación contra las autoridades.
Las medidas reflejan el enojo de las autoridades por el otorgamiento del Nobel de la Paz en octubre pasado, tras años de activismo por parte de Mohammadi y a pesar de décadas de campaña oficialista en su contra.
Mohammadi, de 51 años, es la 19na mujer en ganar el Nobel de la Paz y la segunda mujer iraní después de la activista de derechos humanos Shirin Ebadi en 2003. Mohammadi ha seguido con su activismo a pesar de ser arrestada varias veces y haber pasado años tras las rejas.
En noviembre, Mohammadi se declaró en huelga de hambre en protesta porque las autoridades le privaron de atención médica a ella y otras reclusas, y contra la obligación a todas las mujeres en Irán de vestir el pañuelo islámico hiyab.
Mohammadi fue inspiración para las protestas por la muerte el año pasado de la joven de 22 años Mahsa Amini, que había sido detenida supuestamente por no ponerse bien el hiyab.
Para las mujeres musulmanas religiosas, el hiyab es muestra de la devoción a dios y de la modestia en presencia de hombres ajenos a la familia. En Irán, el hiyab -junto con el velo más amplio llamado chador- es también un símbolo político, particularmente desde que volvió a ser obligatorio tras la revolución islámica de 1979.