En Chocó, uno de los departamentos más pobres de Colombia, sus habitantes lloran a 39 personas fallecidas y siguen expectantes de la búsqueda de cuatro víctimas más que se llevó el alud.
Proceso
BOGOTÁ (AP) — Desde una sala de velación, Lilian Valoyes despedía el lunes a su sobrina y aguardaba por la recuperación de otros familiares hospitalizados, todos víctimas de un alud que sepultó el viernes varios vehículos y a un grupo de personas dentro de una casa en una transitada vía del oeste de Colombia.
En Chocó, uno de los departamentos más pobres de Colombia, sus habitantes lloran a 39 personas fallecidas y siguen expectantes de la búsqueda de cuatro víctimas más que se llevó el alud, según el último reporte entregado por la Gobernación en la noche del lunes.
tras 19 personas estaban siendo atendidas en hospitales, según la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres. Uno de los heridos más graves se encuentra en cuidados intensivos por una fractura de columna y también es familiar de Valoyes.
“Aquí todos tenemos familiares afectados, aquí todos nos conocemos”, explica Valoyes en conversación telefónica con The Associated Press.
La gobernadora de Chocó, Nubia Carolina Córdoba, decretó el lunes tres días de duelo en todo el departamento.
Karen Yulisa Garcés Mena, de 33 años, apareció en una de las primeras listas de los muertos identificados el sábado, luego de que su cuerpo fuera recuperado entre el lodo.
“No lo podíamos creer, decíamos: ¡Ella está viva, ella está bien!”, recuerda Valoyes sobre esos momentos de incredulidad.
Eusebia Mena, la madre de la víctima, explicó que su hija partió el viernes desde Quibdó, capital del Chocó, hacia Medellín, la capital de Antioquia, donde estaba su esposo y con el objetivo de comprar los útiles escolares a sus dos hijos gemelos de tres años.
“Era la primera vez en la vida que dejaba a los gemelos”, lamentó Valoyes junto al féretro y varios ramos de flores en la sala de velación.
Garcés Mena habló por el celular con sus familiares hasta las 4:30 de la tarde del viernes, cuando su celular se descargó y se dirigió a la única casa cercana ubicada en la vía para buscar un conector de energía en medio de la lluvia. En ese momento, el alud sepultó la vivienda con varias personas en su interior.
Las labores de rescate se han mantenido desde entonces siempre con la luz del día. Terminan a las 18.00 de la tarde e inician al día siguiente a las 6.00 de la mañana. Más de un centenar de rescatistas del Ejército, la Policía, la Defensa Civil y la guardia Indígena han participado.
La carretera que une las dos ciudades colombianas ha requerido mejoras constantes, sobre todo por el riesgo de que las laderas de las montañas se desprendan. Hace un tiempo el trayecto podría tomar hasta 12 horas, sin embargo, recientemente había disminuido a la mitad.
La tragedia ocurrida el viernes puso el foco en la región y en la carretera. El presidente colombiano, Gustavo Petro, visitó la zona de la emergencia el domingo y luego anunció la declaratoria de estado de desastre natural y la asignación de millonarios recursos para obras que permitan aumentar la seguridad de la vía que se derrumbó en varios tramos.
El papa Francisco desde El Vaticano pidió el domingo “rezar por las víctimas del alud en Colombia que provocó numerosas víctimas”.
Varios gobiernos de la región como Brasil, Venezuela, y Perú han expresado su solidaridad ante la tragedia en el Chocó colombiano.