No se invitó al rey de España por no pedir perdón por los «agravios» de la Conquista: Sheinbaum

La presidenta electa justificó qué no ha invitado al rey Felipe VI a su toma de posesión del 1 de octubre, por no responder a la carta que mandó el presidente López Obrador en 2019, para que pidiera disculpas por los «agravios» de la conquista española de 1521.

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo justificó que el rey de España, Felipe VI, no fue invitado a su toma de posesión el próximo 1 de octubre porque no respondió a la carta que le envió el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2019 para solicitarle una disculpa a los pueblos indígenas de México.

En una carta de dos cuartillas que difundió esta mañana en su cuenta de X, se refirió al comunicado emitido ayer por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, el cual consideró “inaceptable” la exclusión del rey de ese país a la ceremonia y que, por ello, el gobierno español no participará en el acto oficial.

Como antecedente de la no invitación al rey, la morenista argumentó que el 1 de marzo de 2019, el presidente López Obrador envió “de manera personal a su majestad Felipe VI rey de España”, una misiva en la que, con motivo de la celebración de los 200 años de la vida independiente y casi dos siglos de la fundación de Tenochtitlán, le propuso lo siguiente:

“Que se trabaje en forma bilateral, en una hoja de ruta para lograr el objetivo de realizar en 2021, una ceremonia conjunta, al más alto nivel; que el reino de España, exprese de manera pública y oficial, el reconocimiento de los agravios causados y que ambos países acuerden y redacte un relato compartido, público y socializado de su historia común, a fin de iniciar un amor en nuestras relaciones, una nueva etapa, plenamente apegada a los principios que orientan en la actualidad a nuestros respectivos Estados y brindar a las próximas generaciones de ambas orillas del Atlántico, las cauces para una convivencia más estrecha, más fluida y más fraternal”.

Sheinbaum Pardo agregó que “lamentablemente, dicha misiva no mereció respuesta alguna de forma directa, como hubiera correspondido a la mejor práctica diplomática de la relaciones bilaterales”.

En cambio, reprochó que “parte de la carta se filtró en medios de comunicación y posterior a ello, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España realizó un comunicado de prensa. Hasta el momento, esta circunstancia no ha sido aclarada ni respondida de forma directa al gobierno de México”.

Ante ello, Sheinbaum Pardo aseguró que en julio pasado envió una nota diplomática para invitar al presidente Pedro Sánchez Castrejón a asistir a la ceremonia del 1 de octubre. Y añadió: “Hace un par de días me llamó y conversamos sobre el particular”. Sin embargo, no reveló el resultado de esa plática.

“Nuevas vías de entendimiento”  

En tono más conciliador, la presidenta electa Claudia Sheinbaum aseguró que México y España comparten “una sólida relación de amistad, con importantes vínculos económicos, turísticos y culturales”.

Recordó que “en momentos cruciales de la guerra civil del país ibérico, México fue un aliado solidario y un destino generoso para muchos españoles republicanos”.

Entonces, consideró que “precisamente por todo ello, nuestra relación se beneficiaría con una renovada perspectiva histórica, acorde al desarrollo de nuestros pueblos y en la que el reconocimiento cabal a nuestras identidades, sea el eje de una relación respetuosa, sólida y fructífera”. 

Según la exjefa de gobierno de la Ciudad de México, para el gobierno que comenzará el próximo 1 de octubre, “el reconocimiento de los pueblos indígenas es fundamental para continuar avanzando en la transformación de nuestra vida pública, pues es ahí donde se encuentra la raíz de la grandeza cultural de México”.

De paso, destacó que la propuesta enviada el 5 de febrero por el presidente López Obrador para reconocer los derechos plenos de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados y Senadores.

Por ello, la presidenta electa confió “en que esta circunstancia, que hoy pone de manifiesto nuestra diversidad de opiniones, sea también punto de partida para que México y España encuentren pronto nuevas vías de entendimiento, basadas en nuestras soberanías y respeto mutuo en beneficio de nuestras naciones y nuestros pueblos”.