Se evaluarán algunas tareas del Ejército, dice; rechaza distanciamiento con Clara Brugada y adelanta que sumaría a Omar García Harfuch a su administración.
El Universal
Monterrey, N.L.— “Cuando yo llegue al gobierno, la que va a gobernar soy yo”, asegura Claudia Sheinbaum, candidata presidencial de Sigamos Haciendo Historia (Morena, PT y PVEM). No habrá un teléfono rojo entre Palacio Nacional y la finca del expresidente Andrés Manuel López Obrador para consultarlo o que él esté mandando instrucciones. “Él ha tomado la decisión de no participar. ¿Que me gustaría verlo en algún momento?, pues eso siempre, pero de ahí a que voy a estar consultando o habrá un teléfono donde me esté mandando instrucciones, pues eso no… teléfono rojo, pues eso no, desde Palenque hasta Palacio Nacional no va a haber este teléfono rojo”, asegura. Minutos antes de iniciar una gira de trabajo, Sheinbaum recibe a EL UNIVERSAL y responde directo y sin rehuir a ninguno de los temas que se le preguntan. Ella dice que sí, que piensa que la posibilidad de un golpe de Estado técnico es real, pues hay adversarios que sienten perdida la elección y podrían buscar, aliados con el Tribunal Electoral y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la anulación de su triunfo en las urnas. La candidata opina que el crimen organizado no será un factor que incida en el resultado de las elecciones presidenciales o del Congreso, aunque acepta que sí podría serlo en algunas presidencias municipales. Sobre el papel que las Fuerzas Armadas jugarían en su eventual gobierno, asegura que se mantendrán en las tareas que realizan ahora como la construcción, la operación del Tren Maya y las aduanas, entre otras, pero que si en unos años ve que no funcionan en algunas áreas, “pues tomaremos decisiones”.
Hay una campaña muy intensa en redes sociales en torno a que el crimen organizado pactó con Morena, ¿considera usted que esta campaña es similar a la que vivió el presidente López Obrador en 2006? ¿A usted le está afectando en algo?
—Pues la verdad es que no ha afectado. En términos de las encuestas, desde que inició la campaña no ha tenido efecto. Y yo creo que es difícil comparar, porque en 2006, las televisoras eran el principal medio de comunicación, ahora están las redes sociales en una magnitud mucho mayor. Y en las redes, está principalmente en la red X, Twitter, y yo creo que cada vez hay menos usuarios, precisamente porque ha estado vinculado con la guerra sucia. Hay que decir que, desde el principio, sí es una campaña orquestada. Desde que salieron las notas en los periódicos fuera del país en contra del Presidente y sus supuestos vínculos con el narco, que se demostró muy rápidamente que no son ciertos, lo atajó el Presidente desde el primer momento; además, decir que no hay nada en la ciudadanía que diga que es verdad lo que esta campaña está ocurriendo.
Independientemente de esta campaña en redes sociales, hemos visto desde diversos actores, en magistrados electorales, una preocupación por la posible intervención del crimen organizado en la campaña en general, no sólo en la presidencial, ¿esto le dice algo? ¿La tiene preocupada?
—Yo he dicho que hay focos rojos en algunos lugares del país que los tienen detectados tanto la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno de México, como el propio INE, porque se han reunido y entiendo que va a haber más vigilancia en algunas zonas rumbo a la elección para que se puedan desarrollar libremente. Pero no es un tema generalizado en el país, digamos que, en 2012, después de la guerra contra el narco, había una situación mucho peor de la que se está viviendo ahora en algunas zonas del país. Yo he dicho que las elecciones van a ser libres, democráticas, con alta participación y en los lugares donde hay problemas, tiene que fortalecerse la vigilancia.
¿No considera usted que vaya a ser un factor que vaya a definir en algo a la elección?
—No. Puede definirse en algunas presidencias municipales, en algunos lugares donde hay mayor presencia del crimen organizado, y ahí tiene que haber mayor vigilancia y protección, pero en la elección presidencial, de senadores o diputados no, no lo creo.
¿Considera usted que exista una amenaza, que sea posible un fraude electoral o que estén las condiciones dadas para un golpe de Estado técnico?
—Yo creo que hay algunos personajes que apoyan al frente y algunos de ellos que les gustaría, porque ya ven perdida la elección, anularla de alguna manera, jurídicamente, el tema es que no tienen cómo, por esto esta campaña de que el crimen.
¿Eso sería un golpe técnico?
—Sí, si estuvieran aliados con el Tribunal Electoral y la Suprema Corte sí; de que no les faltan ganas, sí están actuando de esa manera. El tema es que la participación de la gente es muy grande, es verdad lo que dice el Presidente, la gente está muy despierta, muy informada. Además va a haber una participación masiva, estoy segura, en la elección.
¿La oposición tiene la capacidad para llegar a esos extremos y buscar un resultado adverso en tribunales o de llegar a esta situación de un golpe de Estado técnico, como lo ha mencionado el Presidente?
—Yo espero que el Tribunal Electoral actúe bien. En el caso de la Suprema Corte, pues sabemos que hay una gran mayoría que no está con el Presidente ni con este movimiento. De ahí, a si se atreverían a participar, porque formalmente la Corte no tiene atribuciones sobre los procesos electorales, pues habría que verlo. Pero hay que estar pendiente y hay que denunciarlo cuando se ve que es una posibilidad.
¿Es un escenario real?
—Es un escenario. Yo creo que con la participación masiva eso no se va a dar, sería una irresponsabilidad muy grande.
Sobre el tema del liderazgo del Presidente, ¿no le incomoda que el Presidente esté hablando de la elección en este momento? ¿Afecta en algo que esté hablando (cotidianamente)?
—No, habla de algunas cosas y de otras ya no habla porque no se puede. Yo no veo ningún problema. El Presidente tiene un enorme reconocimiento, a mí me han dicho que soy una copia del Presidente, cosa que es falsa, cada quien es una persona. Pero venimos del mismo movimiento, hemos luchado por las mismas causas. Pensar que voy a deslindarme de donde vengo, pues es absurdo. Es más, estoy aquí precisamente por esa razón, porque hay un reconocimiento de la gente, porque yo salí candidata por una encuesta que se realizó con mis compañeros. Y una de las razones es porque provengo del movimiento desde hace mucho tiempo, no solamente sería incapaz de deslindarme de venir de ahí, sino que lo reivindico, pero el Presidente juega un papel y nosotros vamos a jugar nuestro papel.
El Presidente ha dicho que una vez terminando su mandato se va a retirar y no va a ser un actor político más. ¿Él dentro del segundo piso de la Cuarta Transformación jugará algún papel? Y, ¿usted estaría abierta a recibir algún consejo de él, en algún momento?
—A ver, ¿qué papel juega Andrés Manuel López Obrador? Pues el haber ganado las elecciones de 2018 y haber cambiado muchas cosas del país y eso se le va a reconocer siempre, por mí y por el pueblo. Él tiene ahí un lugar en la historia. Cuando yo llegue al gobierno, la que va a gobernar soy yo. Y él ha tomado la decisión de no participar. ¿Que me gustaría verlo en algún momento?, pues eso siempre, pero de ahí a que voy a estar consultando o habrá un teléfono donde me esté mandando instrucciones, pues eso no.
Un teléfono rojo…
—Teléfono rojo, pues eso no. Desde Palenque hasta Palacio Nacional no va a haber este teléfono rojo, hay otros, pero no.
¿Va a vivir en Palacio Nacional?
—Todavía no lo decido. Digamos que tiene su ventaja porque estás donde trabajas. Si vives en tu casa siempre es incómodo para los vecinos. Yo vivo en un departamento, donde en el piso hay cuatro departamentos, entonces no he decidido, pero lo hablaremos en su momento.
Usted dice que el Presidente hizo un cambio en el país. Entramos a esta etapa que él llama la Cuarta Transformación. ¿Usted qué quiere cambiar del país siguiendo la ruta de la 4T?
—Nos va a tocar una etapa distinta. Él inicia y a nosotros nos va a tocar continuar, consolidar y avanzar con la transformación. Continuar, porque vamos a gobernar con los principios con los que ha gobernado el Presidente: por el bien de todos, primero los pobres, que además de que es algo ético, moral y humano, ha mostrado sus resultados.
La economía antes se regaba arriba, hoy se riega desde abajo, y eso ha potenciado, no sólo mejores condiciones de vida para millones de mexicanos, sino que, además, ha potenciado el mercado interno y eso le ha dado un dinamismo a la economía nacional muy importante. Entonces, no solamente porque lo pensamos, sino porque es por el bien de todos, primero quien menos tiene.
La política austera republicana, el dedicarse a servir al pueblo, el estar cerca, el no quedarse escondido en una oficina, sino siempre estar recorriendo al país. Es decir, hay principios con los que gobernamos, que a eso me refiero con la continuidad. La consolidación, pues es consolidar muchas obras estratégicas, por ejemplo, el Tren Maya, terminar el tren de pasajeros, hacer un tren de carga; ahí en el sureste, se están construyendo dos plantas de generación eléctrica; está entrando el gasoducto a Yucatán; el Interoceánico, pues hay que hacer el puerto de Salina Cruz, ampliarlo; quedó ya el rompeolas, pero falta todavía el desarrollo del puerto; ampliar el puerto de Coatzacoalcos, ese proyecto que tiene sus 12 polos de desarrollo. Todo eso hay que consolidarlo, no podemos decir que eso fue del pasado y ya no.
De hecho, durante mucho tiempo, por lo menos cuando se decía “es que llega un presidente y cambia todo en el sexenio, son periodos sexenales”, pues ahora va a haber continuidad de muchas cosas, afortunadamente. Y lo nuevo que nos va a tocar, desde nuevos programas sociales que he planteado, el fortalecimiento a la educación pública, que para mí es esencial; la salud, que el Presidente va a avanzar, pero es un tema que tenemos que consolidar, un buen sistema de salud pública en el país; el acceso a la salud como un derecho; el programa de vivienda que vamos a desarrollar; estos polos de desarrollo que estamos planteando. Así como hay polos del Bienestar en el sureste, estamos desarrollando un esquema de cómo aprovechar la relocalización de las empresas con vocaciones territoriales, en donde además haya construcción de infraestructura, vivienda, escuelas, que pensemos en los trabajadores y en la creación de empleo. Acelerar la transmisión energética, que le he dedicado mucho tiempo a eso.
La seguridad…
—Y la seguridad. Digamos que con el Presidente cambió la tendencia que parecía algo muy complicado y ya se cambió la tendencia en la mayoría de los delitos. Nos va a tocar acelerar la disminución, que cada vez haya más seguridad en el país. Y ahí lo que he planteado, ya que hay este dolo en el que se dice la frase del Presidente, “abrazos, no balazos” como si se planteara abrazar a los delincuentes, esto jamás lo han escuchado de la boca del Presidente ni de nadie del movimiento, nadie piensa eso. Lo que pasa es que es una diferencia entre la guerra contra el narco y la construcción de la paz. Que la guerra contra el narco siguió con [Enrique] Peña Nieto, la verdad; no con estas ligas, o por lo menos no se conoce que tuvo [Genaro] García Luna, pero sí una visión de apagar la violencia con más violencia.
Y para mí el tema es la justicia, yo digo justicia con palabras mayúsculas porque es justicia social. Seguir atendiendo y ampliar los derechos de los jóvenes, educación, cultura, deporte, temas que en la Ciudad nos dieron muchos resultados. Y, al mismo tiempo, un sistema de justicia que disminuya la impunidad, que eso tiene que ver con el Ejecutivo, con las fiscalías y con el Poder Judicial, porque nosotros como país, uno de los temas que ha avanzado pero tenemos pendiente es cero impunidad frente al delito. No es un tema de mano dura, de “soy valiente”, no, es un tema de construcción de un sistema de justicia que funcione en nuestro país.
¿El papel del Ejército? Porque en su mensaje de arranque de campaña y los 100 puntos que presentó, poco se mencionó al Ejército. ¿Cuál sería el papel del Ejército en su gobierno y en general?
—En la seguridad yo sí pienso que la Guardia Nacional tiene que quedar en la Defensa (Nacional), que no es el Ejército, es la Secretaría de Defensa, con su propio comandante, porque le da disciplina, le da orden, pero la Guardia Nacional también tiene que consolidarse en el sentido de ser primeros respondientes, de vigilar carreteras y otros temas que todavía están pendientes.
Ahora, la Secretaría de la Defensa Nacional tiene tareas que se han dado en este sexenio, como la operación del Tren Maya, aduanas, construcción, y yo creo que hay que evaluar. Si en unos años ve uno que no funciona en algunas áreas, pues tomaremos decisiones, pero hoy, así como está, lo vamos a mantener.
Con el Ejército construí dos hospitales en la Ciudad, de hecho, inicié yo con esas construcciones. Y es que los ingenieros militares son muy buenos y no es que se desplace a los civiles, porque también hay esta idea; con el Tren Maya se crearon una cantidad de empleos para ingenieros civiles impresionante.
¿Sigue en pie el tema de la elección de ministros, magistrados, la elección por voto popular? ¿Ha sentido últimamente presiones para no aplicar ese plan C?
—Es una propuesta y se tiene que discutir y debatir. El Poder Judicial en nuestro país no funciona. Yo pregunto en los eventos, “¿qué opinión tienen de los jueces?” y hay una opinión de que hay mucha corrupción. “¿Qué opinan de los ministros de la Corte?” y también hay una opinión de que se politizaron mucho.
Entonces, si estamos hablando de cero impunidad, pues tenemos que hablar del Ejecutivo, de las fiscalías, evaluar su autonomía, hasta dónde es autónoma y hasta dónde la autonomía no está peleada con la coordinación que es lo que yo digo, pero hay que evaluar a las fiscalías y al Poder Judicial. No puede ser que haya amparos a delincuentes como ha habido de cuello blanco y delincuentes del fuero común o delincuencia organizada.
Entonces, es algo que se tiene que poner sobre la mesa y discutir y el tema de si se eligen los ministros por el voto popular. Es que hay esta idea de que nosotros queremos ir al autoritarismo. Bueno, ¿qué hay más democrático que una elección? ¿Qué preferimos, que se siga como hasta ahora o que haya una elección? Hay que debatirlo, porque no es cerrarse y decir, “ay, es que quieren llevar”, no, así había en el siglo XIX de nuestro país, así eligen a los jueces en los condados de Estados Unidos.
Hay que debatirlo y si no se aprueba no se aprueba…
—Si no se aprueba, no se aprueba, pero nosotros queremos las dos terceras partes, por eso estamos peleando. Pero es un tema que hay que debatir. No podemos seguir con un Poder Judicial que no está funcionando en México.
¿Es real el distanciamiento con Clara Brugada?
—No hay ninguna separación con Clara. Absolutamente nada. Este jaloneo que hubo ahí en el templete es que estábamos abrazadas y ella quería que hiciéramos la señal del corazón, que es la señal que ella usa y yo le quería levantar la mano para la foto, que después salió, de que atrás estaba el Zócalo lleno y yo levantado la mano y yo así de: “ella el corazón, yo la mano”. Pero no, con Clara trabajamos muy bien en la Ciudad. Es una mujer extraordinaria, tiene una capacidad de organización, de coordinación y de dirigir, tiene todas las capacidades para dirigir la Ciudad.
¿Está en riesgo de que se pierda la Ciudad de México?
—No, no está en riesgo la elección, ningún riesgo.
¿No afectó la elección de ella en lugar de Omar García Harfuch?
—No, porque hay unidad y además Omar ahora está compitiendo por el Senado y muy probablemente lo voy a jalar a que trabaje conmigo y ya se quedará su suplente.
La candidata se despide, toma su ruta en el día a día de su campaña. Sube a un vehículo sin blindaje y con una escolta discreta. Ella está segura de tener más de 30 millones de votos el 2 de junio y que no habrá teléfono rojo entre Palacio Nacional y Palenque si gana la elección….