*Empleados despedidos injustamente protestan y se desnudan en la entrada a la Tesorería Municipal de Coatzacoalcos.
Por: Jeremías Trejo González
La imagen de empleados municipales encuerados en la entrada de la Tesorería Municipal de Coatzacoalcos es una fotografía que retrata la degradación moral y la falta de respeto a la ley que impera en el Ayuntamiento. Es una imagen que debería avergonzar a cualquier ciudadano, pero que, lamentablemente, se ha convertido en una triste realidad en la ciudad petrolera.
La indignación de los trabajadores despedidos injustamente, quienes se ven obligados a recurrir a este tipo de protestas para hacer valer sus derechos, es un reflejo del estado de abandono y de injusticia en el que se encuentra Coatzacoalcos bajo la administración de Amado Cruz Malpica.
El alcalde, en lugar de velar por el bienestar de sus ciudadanos, ha demostrado una total indiferencia ante la situación de los trabajadores despedidos. Su incapacidad para atender las necesidades de la población y su preferencia por beneficiar a sus allegados, son un claro ejemplo de la corrupción que impera en la administración municipal.
La situación en Coatzacoalcos es insostenible. El alcalde Cruz Malpica ha empañado la imagen de la ciudad con su pésima gestión, su falta de sensibilidad y su total desprecio por la ley.
Es hora de que la nueva gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, tome cartas en el asunto. El próximo 1 de diciembre, cuando asuma su cargo, debe exigir una auditoria a la administración de Cruz Malpica y aplicar todo el peso de la ley por malversación de las arcas municipales.
La imagen de Coatzacoalcos se encuentra manchada por la corrupción y la ineficiencia del actual alcalde. Es necesario un cambio radical, una limpieza profunda que permita recuperar la confianza de los ciudadanos y construir una ciudad más justa y equitativa.
La ingeniera Nahle tiene la oportunidad de demostrar que su gobierno será diferente, que estará al lado de los más necesitados, que no permitirá que la corrupción y la indiferencia se apoderen de su administración.
El pueblo de Coatzacoalcos clama por justicia, por un gobierno honesto y transparente, por un alcalde que esté a la altura de las circunstancias. Es hora de que el alcalde Cruz Malpica renuncie a su cargo para no empañar con su mala imagen el nuevo gobierno de la ingeniera Nahle. Es hora de que se haga justicia y que Coatzacoalcos recupere su dignidad.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, debe estar atenta a la situación en Coatzacoalcos. Es necesario que exija a su gobierno que actúe con firmeza para combatir la corrupción y la impunidad. Es hora de que la justicia prevalezca en México y que los ciudadanos puedan confiar en sus autoridades.