Un balance de Reporteros sin Fronteras detalla que esa cifra es menor a la registrada el año pasado, cuando murieron 61 en el ejercicio de su profesión.
Proceso
Paradójicamente, aunque el conflicto entre Israel y Hamás está resultando especialmente mortífero para los periodistas, el número global de reporteros muertos en todo el mundo nunca había sido tan bajo desde 2002, según Reporteros sin Fronteras (RSF).
Este año, 45 periodistas perdieron la vida en el ejercicio de su profesión, frente a 61 el año pasado, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras, publicado este jueves 14 de diciembre.
Hay que remontarse más de 20 años para encontrar un total inferior al de este año (33 en 2002), en el que más de un tercio de las víctimas están relacionadas con el conflicto en Medio Oriente, 13 de ellas en Gaza.
«Esto no reduce en absoluto la tragedia de Gaza, pero ha habido una disminución constante, muy lejos de los más de 140 periodistas asesinados en 2012 y de nuevo en 2013», principalmente como consecuencia de las guerras en Siria e Irak, explicó a AFP el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
Lucha contra la impunidad, el trabajo de las organizaciones gubernamentales, de las ONG y de los propios medios de comunicación o mayor prudencia son las causas de ese descenso, en su opinión.
El recuento mundial, al 1 de diciembre, «no incluye a los periodistas muertos fuera de servicio, a los que no fueron asesinados como tales, ni a aquellos cuya muerte sigue siendo desconocida», recuerda Reporteros sin Fronteras.
«Crímenes de guerra»
La organización enumera un total de «63 periodistas muertos» en Oriente Medio desde el comienzo del conflicto entre Israel y Hamás, el 7 de octubre, relacionados o no con su profesión. Además de los 13 periodistas muertos «por fuego israelí» en Gaza, según RSF, esta guerra ha provocado la muerte de tres periodistas que trabajaban en Líbano y otro en Israel, asesinados por Hamás. En noviembre, RSF presentó una denuncia ante la Corte Penal Internacional por «crímenes de guerra» cometidos contra periodistas en Gaza y contra el periodista israelí.
Una investigación de la AFP, publicada la semana pasada, sobre el atentado del 13 de octubre en el sur de Líbano, en el que murió Issam Abdallah, reportero gráfico de Reuters, y otras seis personas resultaron heridas, entre ellas la fotógrafa de la AFP Christina Assi, apunta a un proyectil de tanque israelí.
Preguntado al respecto, un portavoz del Ejército israelí subrayó que el lugar donde se encontraban los periodistas era «una zona de combate activo». Estas explicaciones son «insatisfactorias», según Christophe Deloire, director general de RSF, que considera que «hay muchas pruebas para que Israel asuma sus responsabilidades».
En tanto, el conflicto de Ucrania costó la vida a dos periodistas en 2023, entre ellos el reportero de AFP Arman Soldin, «el único periodista que ha perdido la vida en un país que no es el suyo» este año, de un total de 11 desde la invasión rusa, en febrero de 2022.
«Autocensura en México»
El balance global de 2023 destaca el «descenso significativo» de las muertes en América Latina, con seis periodistas muertos, frente a los 26 de 2022.
México, la zona más mortífera para la profesión después de Gaza, reportó cuatro muertos en 2023, frente a 11 el año anterior. Pero esto no significa que la seguridad mejore para la prensa allí, «como lo demuestran los tres secuestros de reporteros y los ataques armados contra cuatro periodistas a finales de 2023», señala el informe.
«Ante el número récord de actos de violencia registrados en 2022, varios periodistas calculan de forma más sistemática los riesgos a los que están expuestos, lo que implica una mayor autocensura y la proliferación de agujeros negros informativos en la región», añade RSF. Además, la ONG señala que de un total de 84 periodistas dados por desaparecidos, casi uno de cada tres es mexicano.
El número de periodistas detenidos en el mundo descendió a 521, frente a los 569 de 2022, y Belarús se ha convertido en «una de las tres mayores prisiones del mundo, junto con China y Myanmar», mientras que Turquía e Irán practican el encarcelamiento reiterado, según RSF. Por último, 54 periodistas permanecen secuestrados, frente a 65 en 2022.