Caso Camila: Obispo de Chilpancingo acusa indiferencia de autoridades

“Entonces qué pasa pues la indiferencia es de aquellos que deberían de cumplir verdad la ley y que tienen el derecho no lo hicieron”, refirió el prelado José de Jesús González.

CHILPANCINGO (apro).-Las autoridades fueron indiferentes y cómplices al evadir el secuestro y asesinato de una menor, así como en el linchamiento de tres de los presuntos implicados, indicó el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González.

En esas circunstancias y con los grupos armados controlando el territorio se nos puede levantar toda la sociedad, advirtió.

En otro posicionamiento de la Iglesia Católica, desde su editorial de la revista Desde la fe, considera que el caso ha fracturado el tejido social que le compete a las autoridades y a las instituciones de seguridad.

En este contexto, la fiscalía estatal emitió dos días después de los hechos la orden de aprehensión en contra de Axel Alejandro «N» y el menor Alfredo N por el delito de feminicidio en perjuicio de una víctima menor de edad.

Ambos son hijos de Ana Rosa Aguilar, la mujer que una turba enardecida de vecinos mató a golpes el jueves 28 de marzo en la principal avenida de Taxco.

Los jóvenes también fueron golpeados brutalmente y se encuentran hospitalizados en Iguala.  

La tarde de este domingo en Chilapa, el obispo José de Jesús González, de la diócesis de la región centro de Guerrero, se pronunció respecto al caso Camila:

“Es muy penosa la muerte de una inocente y luego cómo se dejaron llevar por un espíritu de rebeldía, coraje, inhumano como para dar muerte por sus propias manos a otra persona. Eso no debe pasar”.

“Como humanos nos hace falta controlarnos, controlar esos espíritus que nos mueven seguramente de injusticia, de que no se cumple la ley”.

Dijo que ese sentimiento por la falta de seguridad se está extiendo en todo el país, principalmente en regiones de Guerrero.

“Aquí los grupos armados controlan porque no hay justicia y la hacen ellos, la gente recurre a ellos, verdad”.

 Advirtió que en esas circunstancias “se nos puede levantar toda la sociedad si no hay quien garantice lo mínimo de los derechos humanos”.

“Tenemos mucho trabajo que hacer todos que ya llegamos a este nivel de deshumanización. Como iglesia quisiéramos decirles que en el corazón es donde se gestionan las maldades, es ahí donde tenemos que trabajar”.

Los secuestros y asesinatos en Guerrero, agregó José de Jesús González, ya lo había advertido junto a los obispos de Guerrero, Leopoldo González, Dagoberto Sosa y Joel Ocampo, en un pronunciamiento con fecha 18 de febrero de 2024.

“Escribimos y ahí decimos a las autoridades que no se muestren indiferentes.  La verdad estamos viendo el delito y no lo detenemos entonces como dice aquí un pensamiento si tú puedes evadir un delito al estar presente y lo consientes, pues también eres cómplice”.

“Entonces qué pasa pues la indiferencia es de aquellos que deberían de cumplir verdad la ley y que tienen el derecho no lo hicieron”.

La indiferencia, dijo, también es de la sociedad, pero “especialmente del gobierno ante tantos crímenes, tantos delitos que se pudieran evadir y no lo hacen”.

El prelado pidió a las autoridades investigar para dar un veredicto de cómo sucedieron realmente las cosas en el caso de Camila.

“Y si todavía hay culpables buscarlos y que se les haga justicia. Y los que lincharon que también se les indique que hicieron mal y si se les puede castigar pues que se les castigue”.

Sino hay justicia, alertó, estos crímenes se van a repetir.

“Están dando mal ejemplo a los demás; mejor que haya justicia, que pare esto y que los culpables paguen su delito”.

Desde la fe

En su editorial de este domingo, la revista electrónica “Desde la fe” publicó que mientras que se celebraba la Semana Santa la muerte de Camila de ocho años centró la atención mediática de México.

Esta postura está realizada por sacerdotes y periodistas laicos especializados en filosofía, teología y humanidades.

“¿Qué necesitamos como sociedad para darnos cuenta de que al permitir estos hechos nos estamos destruyendo poco a poco?, ¿cuántas niñas muertas más?, ¿cuántos linchamientos más?, ¿cuántas injusticias más?, ¿cuándo entenderemos que la violencia sólo genera más violencia?”, cuestiona el texto.

Y agrega que el crimen evidencia varios de los problemas que han fracturado el tejido social, que competen a las autoridades del Estado, a la clase política, a las instituciones de seguridad.

“Y por supuesto, también a los ciudadanos y a las familias”.

“Hemos puesto una lápida de egoísmo, de miedos y amargura, de sufrimiento y muerte, que le cierra el camino a la alegría y a la esperanza, que impide construir una sociedad en la que se priorice el bien común, que dignifique la vida, y que dé certezas a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.

Dice que en este momento hay una gran piedra en un sepulcro.

“Esta piedra, dice el Papa Francisco, representa escollos de muerte que encontramos en los fracasos y en los miedos que nos impiden realizar el bien que deseamos”.

Este Domingo de Resurrección, agrega, recuerda que esa piedra no es invencible, que esa piedra no tiene por qué marcar el final ni dictar una sentencia favorable para quienes prefieren la violencia sobre la paz y la muerte sobre la vida.

“Este domingo el Dios que hizo a un lado esa piedra, nos recuerda que ningún acontecimiento doloroso, egoísta y cruel, puede guiar nuestro camino, y mucho menos tener la última palabra en el destino de nuestro país”, indica.