Decían que no pasaría lo que está pasando

Se soltaron los demonios en la entidad gobernada por Rocío Nahle García.

Con el cobarde asesinato de la candidata de Morena a la Alcaldía de Texistepec y tres personas más en el municipio asentado en el sur veracruzano, a escasos 20 minutos de Acayucan, la mandataria estatal aceptó que la violencia política se ha desatado en los primeros 15 días de campaña, por lo que ya pidió ayuda a la presidenta Sheinbaum.

El sueño de “luna de miel” tranquila y amorosa en las actividades proselitistas de los 212 aspirantes a las presidencias municipales de Veracruz, se ha derrumbado. El infierno político de una realidad que se niega comienza a dejar estragos mortales.

Y cómo hacerle frente si Veracruz y el país completo adolecen de estrategias de seguridad, claro, porque así quieren que sea.

Cuando decidan combatir con toda la fuerza del Estado a los generadores de violencia que el mismo gobierno sabe quiénes son, ese día, y no antes, México empezará a ver luces de paz y tranquilidad.